Suspirando y retozando, ella pregunta.
¿Puedes estar aquí, conmigo? – Podemos, mas solo me veras a mi.
¿Pueden escucharse los latidos de tu corazón? – Puedes escucharlos, si no necesitas escuchar.
¿Puedes entregarte completamente? – Puedes llevarte los granos de arena uno a uno.
¿Puedes...