Daga.
Afilaste la daga por semanas…
Hablándole al oído las ventajas de la muerte,
susurrando, sí, lo que sería la fortuna de tenerte
acurrucado adentro, removiendo mis entrañas.
Cuan peligroso ha sido el ego de creernos
las mentiras por tu lengua elucubradas,
esa de ser el único entre un...