Es cuestión de respirar,
de detemidamente escuchar
muchas veces lo que no quiero aceptar,
pero es necesario dejar de evadir
que incluso el sentirme sola,
vacia, sin nada era adictivo.
Cuando descrubes que no hay calma
y que no hay cura para esto,
solo es cuestión de continuar.
Porque...