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¿Qué preparo de comer?

Me rebano el cerebro todos los días para satisfacer a mis comensales con la comida ( y eso que son sólo dos), pero no consigo contentar a todos con lo que preparo. Es que mis comensales tienen gustos distintos, a uno no le gusta el pescado, a otro no le gustan las pastas; si hago ensaladas tengo que preparar dos, una de lechuga y tomate y otra de zanahoria y repollo; Si preparo milanesas para uno tiene que ser de carne, para el otro de pollo. Coinciden con la sopa, pero ahí es a mí a la que no le gusta (al igual que Mafalda, odio la sopa) Si hago algún guiso debo tener algún menú alternativo porque siempre hay alguien que no lo quiere.

Pensando en el menú de la noche me quedé dormida, y comencé a soñar:

Habíamos retrocedido en el tiempo, hasta el 10.000 a.c. vestidos como cavernícolas, terminábamos de comer los restos de Mamut del día anterior, que por cierto estaba muy sabroso. Había que volver a salir a cazar o pescar para poder vivir. Los hombres de mi caverna salen en busca del alimento, mientras yo elegía algunos frutos rojos maduros para el postre.

Llega el mayor de mis hijos con un pichón de velociraptor y el menor traía ensartado en su lanza 3 pescados bien carnosos.

Comienza nuestra conversación para ver qué comíamos a la noche:

-YO: uca, uca, uca uca? (¿qué quieren comer primero?)

-Mi hijo mayor: ucuca ucuca uca!! (¡¡el velociraptor!!)

-Mi hijo menor: uuuuuucaaaaa, uccaaaaaa (¡ni loco como eso!)

Y nuevamente la pelea se había desatado hasta en mi sueño y en la edad prehistórica. Pero tomé el garrote, se los impartí en sus cabezas y terminé cocinando ambas cosas y que coman lo que quieran.

En eso siento que me despierta la pregunta del día de la fecha:

- Mamá ¿qué comemos hoy?

-Yo: Ahora pedimos una pizza.

-Mi hijo menor: ¡Yo la quiero de pescado!

-Mi hijo mayor: ¡yo la quiero de velociraptor!
 
Ahhhhhhhhhhhhhhh, jajsjajsjajsjajsjajsjas, qué entretenida tu prosa.
Felicitaciones por el tremendo garrotazo, si me llegó a doler el cráneo.
Cariños, jajsjajsjajsjajsjajsj
 
Me rebano el cerebro todos los días para satisfacer a mis comensales con la comida ( y eso que son sólo dos), pero no consigo contentar a todos con lo que preparo. Es que mis comensales tienen gustos distintos, a uno no le gusta el pescado, a otro no le gustan las pastas; si hago ensaladas tengo que preparar dos, una de lechuga y tomate y otra de zanahoria y repollo; Si preparo milanesas para uno tiene que ser de carne, para el otro de pollo. Coinciden con la sopa, pero ahí es a mí a la que no le gusta (al igual que Mafalda, odio la sopa) Si hago algún guiso debo tener algún menú alternativo porque siempre hay alguien que no lo quiere.

Pensando en el menú de la noche me quedé dormida, y comencé a soñar:

Habíamos retrocedido en el tiempo, hasta el 10.000 a.c. vestidos como cavernícolas, terminábamos de comer los restos de Mamut del día anterior, que por cierto estaba muy sabroso. Había que volver a salir a cazar o pescar para poder vivir. Los hombres de mi caverna salen en busca del alimento, mientras yo elegía algunos frutos rojos maduros para el postre.

Llega el mayor de mis hijos con un pichón de velociraptor y el menor traía ensartado en su lanza 3 pescados bien carnosos.

Comienza nuestra conversación para ver qué comíamos a la noche:

-YO: uca, uca, uca uca? (¿qué quieren comer primero?)

-Mi hijo mayor: ucuca ucuca uca!! (¡¡el velociraptor!!)

-Mi hijo menor: uuuuuucaaaaa, uccaaaaaa (¡ni loco como eso!)

Y nuevamente la pelea se había desatado hasta en mi sueño y en la edad prehistórica. Pero tomé el garrote, se los impartí en sus cabezas y terminé cocinando ambas cosas y que coman lo que quieran.

En eso siento que me despierta la pregunta del día de la fecha:

- Mamá ¿qué comemos hoy?

-Yo: Ahora pedimos una pizza.

-Mi hijo menor: ¡Yo la quiero de pescado!

-Mi hijo mayor: ¡yo la quiero de velociraptor!
MARCELITA

Jajajajajajaja

Gracias por darnos alegría.

Te quiero inmensamente,

Guillermo.

 

Cisne

Moderadora del Foro Impresionismo y Expresionismo,
Me rebano el cerebro todos los días para satisfacer a mis comensales con la comida ( y eso que son sólo dos), pero no consigo contentar a todos con lo que preparo. Es que mis comensales tienen gustos distintos, a uno no le gusta el pescado, a otro no le gustan las pastas; si hago ensaladas tengo que preparar dos, una de lechuga y tomate y otra de zanahoria y repollo; Si preparo milanesas para uno tiene que ser de carne, para el otro de pollo. Coinciden con la sopa, pero ahí es a mí a la que no le gusta (al igual que Mafalda, odio la sopa) Si hago algún guiso debo tener algún menú alternativo porque siempre hay alguien que no lo quiere.

Pensando en el menú de la noche me quedé dormida, y comencé a soñar:

Habíamos retrocedido en el tiempo, hasta el 10.000 a.c. vestidos como cavernícolas, terminábamos de comer los restos de Mamut del día anterior, que por cierto estaba muy sabroso. Había que volver a salir a cazar o pescar para poder vivir. Los hombres de mi caverna salen en busca del alimento, mientras yo elegía algunos frutos rojos maduros para el postre.

Llega el mayor de mis hijos con un pichón de velociraptor y el menor traía ensartado en su lanza 3 pescados bien carnosos.

Comienza nuestra conversación para ver qué comíamos a la noche:

-YO: uca, uca, uca uca? (¿qué quieren comer primero?)

-Mi hijo mayor: ucuca ucuca uca!! (¡¡el velociraptor!!)

-Mi hijo menor: uuuuuucaaaaa, uccaaaaaa (¡ni loco como eso!)

Y nuevamente la pelea se había desatado hasta en mi sueño y en la edad prehistórica. Pero tomé el garrote, se los impartí en sus cabezas y terminé cocinando ambas cosas y que coman lo que quieran.

En eso siento que me despierta la pregunta del día de la fecha:

- Mamá ¿qué comemos hoy?

-Yo: Ahora pedimos una pizza.

-Mi hijo menor: ¡Yo la quiero de pescado!

-Mi hijo mayor: ¡yo la quiero de velociraptor!


jajajaja
Recuerdo que hace tiempo leí tu prosa y ahora que la vuelvo a leer me vuelve a causar mucha gracia. Creo que en todas las casas las mamás pasamos por cosas así, que si al un hijo le gusta esto, que si al otro no le gusta, recuerdo en mi tiempo si no me gustaba algo me hacía la loca y me quedaba sin comer porque no se nos permitía comer otra cosa, pero los tiempos cambian y ahora nos hacemos nudos a la hora de preparar la comida.
Me encantó leerte.
Felicitaciones Marce y un abrazo con cariño
Ana
 
Jajaja. Historias de la vida real. Me hiciste acordar de la obra " El coronel no tiene quien le escriba":

-Y mientras tanto qué comemos -preguntó, y agarró al coronel por el cuello de la franela. Lo sacudió con energía-. Dime, qué comemos.

El coronel necesitó setenta y cinco años -los setenta y cinco años de su vida, minuto a minuto- para llegar a ese instante. Se sintió puro, explícito, invencible, en el momento de responder:

-Mierda.


Un fortísimo abrazo
 

SANDRA BLANCO

Administradora - JURADO
Me rebano el cerebro todos los días para satisfacer a mis comensales con la comida ( y eso que son sólo dos), pero no consigo contentar a todos con lo que preparo. Es que mis comensales tienen gustos distintos, a uno no le gusta el pescado, a otro no le gustan las pastas; si hago ensaladas tengo que preparar dos, una de lechuga y tomate y otra de zanahoria y repollo; Si preparo milanesas para uno tiene que ser de carne, para el otro de pollo. Coinciden con la sopa, pero ahí es a mí a la que no le gusta (al igual que Mafalda, odio la sopa) Si hago algún guiso debo tener algún menú alternativo porque siempre hay alguien que no lo quiere.

Pensando en el menú de la noche me quedé dormida, y comencé a soñar:

Habíamos retrocedido en el tiempo, hasta el 10.000 a.c. vestidos como cavernícolas, terminábamos de comer los restos de Mamut del día anterior, que por cierto estaba muy sabroso. Había que volver a salir a cazar o pescar para poder vivir. Los hombres de mi caverna salen en busca del alimento, mientras yo elegía algunos frutos rojos maduros para el postre.

Llega el mayor de mis hijos con un pichón de velociraptor y el menor traía ensartado en su lanza 3 pescados bien carnosos.

Comienza nuestra conversación para ver qué comíamos a la noche:

-YO: uca, uca, uca uca? (¿qué quieren comer primero?)

-Mi hijo mayor: ucuca ucuca uca!! (¡¡el velociraptor!!)

-Mi hijo menor: uuuuuucaaaaa, uccaaaaaa (¡ni loco como eso!)

Y nuevamente la pelea se había desatado hasta en mi sueño y en la edad prehistórica. Pero tomé el garrote, se los impartí en sus cabezas y terminé cocinando ambas cosas y que coman lo que quieran.

En eso siento que me despierta la pregunta del día de la fecha:

- Mamá ¿qué comemos hoy?

-Yo: Ahora pedimos una pizza.

-Mi hijo menor: ¡Yo la quiero de pescado!

-Mi hijo mayor: ¡yo la quiero de velociraptor!

jjajajajjaja esta muy buena la prosa Marcela,realmente es un problema hacer de comer y que les guste a todos,por eso a mi cuando me preguntan que voy a preparar de comer les digo alguna cosa pero camino a la cocina cambió el menú jjajajjaja así casi todos los días,los sorprendo jajjajajjaja,un gusto leerte,gracias por compartir,un beso grande.
PD me olvide de mandarte la cena jajjaja que por cierto no fue pulpón al horno cambié el menú camino a la cocina jajjajaja
 
jajajajajajaja me matastes con lo del velociraptor, jajajajaja. Impresionante amiga tu inspiración no tiene limites. Felicitaciones Marcela por esta prosa bastante real y humoristica (principalmente por el garrote) de la vida cotidiana, aplausos, reputación y saludos amiga poeta


 

amada

Moderadora del Foro Compartiendo Tristezas
jajjajajajajaj....una prosa muy entretenida, aunque el chichon que les quedo a los pobres tienen que haber sido gigante., menos mal que no existian los derechos humanos, porque te demandan..jajjajajajaajaj....cariños amiga por hacernos ver la vida tan graciosamente.....
 
jajajaja
Recuerdo que hace tiempo leí tu prosa y ahora que la vuelvo a leer me vuelve a causar mucha gracia. Creo que en todas las casas las mamás pasamos por cosas así, que si al un hijo le gusta esto, que si al otro no le gusta, recuerdo en mi tiempo si no me gustaba algo me hacía la loca y me quedaba sin comer porque no se nos permitía comer otra cosa, pero los tiempos cambian y ahora nos hacemos nudos a la hora de preparar la comida.
Me encantó leerte.
Felicitaciones Marce y un abrazo con cariño
Ana
gracias Ana. y claro cuando son muchos es diferente sino pobre madre jaja.
Me alegra que recuerdes a esta prosa, como es una de las que más me gusta la traje para acá, la simpleza y el humor suave que hace sonreir me agrada.
Besos
 
Jajaja. Historias de la vida real. Me hiciste acordar de la obra " El coronel no tiene quien le escriba":

-Y mientras tanto qué comemos -preguntó, y agarró al coronel por el cuello de la franela. Lo sacudió con energía-. Dime, qué comemos.

El coronel necesitó setenta y cinco años -los setenta y cinco años de su vida, minuto a minuto- para llegar a ese instante. Se sintió puro, explícito, invencible, en el momento de responder:

-Mierda.


Un fortísimo abrazo
jajaja Andi, gracias por tan instructivo comentario
Besos
 
jjajajajjaja esta muy buena la prosa Marcela,realmente es un problema hacer de comer y que les guste a todos,por eso a mi cuando me preguntan que voy a preparar de comer les digo alguna cosa pero camino a la cocina cambió el menú jjajajjaja así casi todos los días,los sorprendo jajjajajjaja,un gusto leerte,gracias por compartir,un beso grande.
PD me olvide de mandarte la cena jajjaja que por cierto no fue pulpón al horno cambié el menú camino a la cocina jajjajaja
Si si, un poco por ello surgio está prosa, esperé el pulpón toda la noche jajajaja...Vamos a tener que hacer un foro de cocina jajaja
Tu método es bueno, menú sorpresa y si no quieren: agua y ajo.
Besos y gracias Sandra
 
jajajajajajaja me matastes con lo del velociraptor, jajajajaja. Impresionante amiga tu inspiración no tiene limites. Felicitaciones Marcela por esta prosa bastante real y humoristica (principalmente por el garrote) de la vida cotidiana, aplausos, reputación y saludos amiga poeta


Gracias Daniel por tantos aplausos, no es pa tanto che! jaja
Besoooss
 

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