Mariana Cuaspa
Miembro Conocido
Si te atreves
con ansiedad creciente
acaríciame el corazón
con palabras de tibia ternura.
Mi vida no es más que un delirio
que descubre el alma por sí sola
queriendo descansar en tu mirada.
En tu pecho tibio y soñador
todo era posible en una tarde de estío
¡Cándida inocencia de luna!
acaríciame amorosamente
con incesante arrullo.
Con timidez impropia
ajena a ese instante.
Abre sus temblorosos pétalos
mi corazón de esperanza lleno,
loco atrevido....
En una tarde de estío
con melancólica condescendencia
tantas cosas que se quedan sin decirse.
Ilusión mía, de dulzura llena
que nubla la razón.
Tú ya estabas en mis versos
ya estabas, desde siempre.
con ansiedad creciente
acaríciame el corazón
con palabras de tibia ternura.
Mi vida no es más que un delirio
que descubre el alma por sí sola
queriendo descansar en tu mirada.
En tu pecho tibio y soñador
todo era posible en una tarde de estío
¡Cándida inocencia de luna!
acaríciame amorosamente
con incesante arrullo.
Con timidez impropia
ajena a ese instante.
Abre sus temblorosos pétalos
mi corazón de esperanza lleno,
loco atrevido....
En una tarde de estío
con melancólica condescendencia
tantas cosas que se quedan sin decirse.
Ilusión mía, de dulzura llena
que nubla la razón.
Tú ya estabas en mis versos
ya estabas, desde siempre.
Última edición: