José Félix Méndez
Miembro
Ha caído la tarde sorprendida,
emponzoñada de terror cercano;
ha suspirado “muerte” un viento arcano
(polizón de tranquila anochecida).
Ha susurrado el grito en carne herida,
ha resonado el llanto de un anciano,
el silencio de un niño sin su hermano
ha tronado de rabia estremecida.
Sólo quedan memorias olvidadas
en salones cerrados y desiertos,
espejos de reflejos tan inciertos
como el falso callar de madrugadas
que repiten las voces de los muertos
(“yo, ¿qué hago aquí?”) pueriles y aterradas.
http://josefelixmendez.blogspot.co.uk/2013/11/animas-perdidas.html
emponzoñada de terror cercano;
ha suspirado “muerte” un viento arcano
(polizón de tranquila anochecida).
Ha susurrado el grito en carne herida,
ha resonado el llanto de un anciano,
el silencio de un niño sin su hermano
ha tronado de rabia estremecida.
Sólo quedan memorias olvidadas
en salones cerrados y desiertos,
espejos de reflejos tan inciertos
como el falso callar de madrugadas
que repiten las voces de los muertos
(“yo, ¿qué hago aquí?”) pueriles y aterradas.
http://josefelixmendez.blogspot.co.uk/2013/11/animas-perdidas.html