Jurcan Uriarte Pontleca
Miembro Conocido
“El pequeño gigante herido aún no se derrumba”
(El recuerdo de un ayer)
Todos vivimos un ayer, suena común, pero algún recuerdo queda fijo en las etapas de la vida y eso los caracteriza. El título de esta crónica parece indicar algo fantástico. No son las aventuras de Gulliver, de Jonathan Wift. ¡No! “EL PEQUEÑO GIGANTE “, al que me refiero, es uno de los tantos edificios que siguen en pie en esta Puebla de los Ángeles, México. Aquéllos, que su función dejó huella en lo personal o en la historia. ¿Qué hay de sus edificios? He aquí la razón:
---Caminaba por el Centro Histórico. ¿Qué me llevó a transitar por la avenida 12 Oriente entre la 2 y 4 norte?. Precisamente, a media cuadra me llamó la atención un edificio que estaba a punto de derrumbarse. Se hallaba apuntalado con maderas; claramente se ve que los estragos del tiempo no lo perdonaron; también se habían ensañado con él la humedad, el sol, el polvo y otros elementos nocivos. Grande fue mi sorpresa descubrir que correspondía al número 207. ¿Qué tenía en especial ese lugar? ¿Por qué al descubrir el referido número me dio un vuelco el corazón?. Contuve el llanto pero no pude evitar que los ojos se me humedecieran.
--- Al mirar detenidamente aquella casona tuve la sensación de ver a un pequeño gigante herido, tratando de mantenerse en pie; las maderas que lo sostenían semejaban las curaciones prácticas a manera de entablillado -–evitando así que sus fracturas tuvieran consecuencias mayores---. Qué tristeza, la mayor parte de su cuerpo se encontraba así. Daba la sensación de estar malherido.
--- Su estado de destrucción me inclinó a retroceder años atrás y en voz baja me pregunté, como dirigiéndome a él: ¿Qué te sucedió? ¿qué te hicieron?¿Acaso no hubo poder divino, aparte del humano, que impidiera tu deterioro?
---Ávidamente escudriñé por todos lados, buscando algún vestigio de lo que fue años atrás ese pequeño gigante herido, alguna huella, algo que justificara que este recinto nos albergó cuando adolescentes.
--- Qué hubiera dado por encontrar algo o parte del letrero de la entrada principal donde se leyera: colegio o escuela “FRAY BARTOLOMÉ DE LAS CASAS”.
---Este colegio o escuela, que al parecer fue fundado en 1900 por el jesuita ANTONIO REPIZO. Ya en 1946-48 (?), era atendido por la Madre Superiora, MARIA DEL CONSUELO SAUCEDO, así como MARIA DEL REFUGIO OLVERA, MERCEDES PEÑA VERA, JOSEFINA GÓMEZ y otras que se me escapan de la memoria. No debemos olvidar que estas nobles maestras pertenecían a una congregación religiosa denominada “SIERVAS DEL BUEN PASTOR”. También justo es recordar a alguien muy estimada y distinguida, además de las mentoras antes mencionadas, por cierto, se trataba de la profesora ISAURA HERNANDEZ DE CERVANTES, quien colaboraba como poetisa en el periódico “EL SOL ;DE PUEBLA”. Participaban también en este colegio el profesor de cultura física RAFAEL UZCANGA, la maestra de coro, música y solfeo, señora PONCE DE LEÓN, madre de la destacada alumna SOCORRO PONCE DE LEÓN; la enseñanza de matemáticas estaba a cargo del profesor ISIDRO LÓPEZ y como profesora de inglés PULLY GOOD.
---Qué descuido de mi parte, estoy rememorando los años cuarentas, qué más da, hace más de sesenta años, pero traducidos a segundos porque vinieron a mi mente los actos cívicos del colegio, el paso gallardo de las abanderadas: MARIA DE LA PAZ ESCOTO, GLORIA CACHO, GLORIA BARRAÑON, YOLANDA BOJALIL B., BUONFILIA Y BLANCA LILIA VAZQUEZ; la actitud traviesa pero sana de distinguidas alumnas como las señoritas: SONIA MIGUEL BOJALIL y sus hermanitas; GUADALUPE ALONSO DIAZ, MARIA DE LOS ANGELES ESPINOSA, OLGA y GLORIA “N”, (perdón por no recordar sus apellidos), IMELDA ARANDA, JUDITH CONDE; siguen acudiendo a mi memoria otras distinguidas compañeritas, como: ALICIA MARIA OSIO, JULIANA RODRIGUEZ, MAGDALENA y GUILLERMINA ROMERO, MICAELA PRADO, ROSITA MENESES PARDO, REBECA PAZ Y PUENTE, MARTHA ECHEGARAY y ROCÍO ESCOBAR. ¿Qué habrá sido de ellas? Qué diera por saber si se han enterado que siempre, hasta la fecha, en mis recuerdos y en mis bendiciones han estado presentes. ---No puede derrumbarse ese “PEQUEÑO GIGANTE”, que albergó también a JULIETA MENDIVIL, MARIA DE LOS ANGELES GUTIERREZ, YOLANDA GARCIA VERDÍN, LA GÜERA AGUIRRE, LUZ MARIA ROLDAN; por qué no recordar a los pequeños del kínder: ALEJANDRO y GENARO TECUATL, hijos de un distinguido médico, así como a LUIS ANTONIO LARRAZABAL, entre otros.
---Qué daría por confesar esas travesuras como “pecadillos”, que en la conciencia de adolescentes, pesaban en aquél entonces.
---Por esos recuerdos. Vuelvo a repetir: No puede derrumbarse este “PEQUEÑO GIGANTE”. ---Al detenerme, ante este lastimado edificio, miré al frente y pude ver la escalera al fondo. Cuántas veces, en alocada carrera perdimos el equilibrio y salimos lastimadas en alguna parte del cuerpo. Gritamos, lloramos y reímos muchas veces. Al encontrarme frente a este recinto, me pareció escuchar en ese momento el alboroto y el cuchicheo de los días escolares.
---Instintivamente me llevé las manos a la cara, entrecerré los ojos y vino a mí el recuerdo de aquella ocasión, en que la Madre Superiora, nos formó a todas en el patio de la escuela, su voz daba una tonalidad diferente cuando se trataba de una reprimenda o regaño, ---con inocente hipocresía, mirándonos de reojo una a otras, queríamos adivinar qué habríamos hecho mal, en nuestra temprana adolescencia---, entonces vociferó: “¡niñas!”, hay una nota en el periódico “LA OPINION”, donde se informa que algunas alumnas de este colegio no asisten los lunes a clases porque se van de “pinta”, y las han ubicado en el cine “GUERRERO”, dice también que la mayoría de los asistentes son “estudiantes”. Pese al silencio de los ahí presentes, se logró identificar a los culpables.
---El castigo para estas causas fue vergonzoso, una deshonra---, consistía, ---ante los asistentes---, en quitarnos el cuello y los puños de lo que se consideraba sagrado, “el uniforme escolar”. A partir de ese día, nadie faltó a clases, tomándose como mote que gracias al chisme del periódico “LA OPINION DE PUEBLA” .
---¡Insisto!, no puede derrumbarse ese “PEQUEÑO GIGANTE”, algo o alguien tiene que salvarlo.
CLARA CALDERON NEGRETE
(El recuerdo de un ayer)
Todos vivimos un ayer, suena común, pero algún recuerdo queda fijo en las etapas de la vida y eso los caracteriza. El título de esta crónica parece indicar algo fantástico. No son las aventuras de Gulliver, de Jonathan Wift. ¡No! “EL PEQUEÑO GIGANTE “, al que me refiero, es uno de los tantos edificios que siguen en pie en esta Puebla de los Ángeles, México. Aquéllos, que su función dejó huella en lo personal o en la historia. ¿Qué hay de sus edificios? He aquí la razón:
---Caminaba por el Centro Histórico. ¿Qué me llevó a transitar por la avenida 12 Oriente entre la 2 y 4 norte?. Precisamente, a media cuadra me llamó la atención un edificio que estaba a punto de derrumbarse. Se hallaba apuntalado con maderas; claramente se ve que los estragos del tiempo no lo perdonaron; también se habían ensañado con él la humedad, el sol, el polvo y otros elementos nocivos. Grande fue mi sorpresa descubrir que correspondía al número 207. ¿Qué tenía en especial ese lugar? ¿Por qué al descubrir el referido número me dio un vuelco el corazón?. Contuve el llanto pero no pude evitar que los ojos se me humedecieran.
--- Al mirar detenidamente aquella casona tuve la sensación de ver a un pequeño gigante herido, tratando de mantenerse en pie; las maderas que lo sostenían semejaban las curaciones prácticas a manera de entablillado -–evitando así que sus fracturas tuvieran consecuencias mayores---. Qué tristeza, la mayor parte de su cuerpo se encontraba así. Daba la sensación de estar malherido.
--- Su estado de destrucción me inclinó a retroceder años atrás y en voz baja me pregunté, como dirigiéndome a él: ¿Qué te sucedió? ¿qué te hicieron?¿Acaso no hubo poder divino, aparte del humano, que impidiera tu deterioro?
---Ávidamente escudriñé por todos lados, buscando algún vestigio de lo que fue años atrás ese pequeño gigante herido, alguna huella, algo que justificara que este recinto nos albergó cuando adolescentes.
--- Qué hubiera dado por encontrar algo o parte del letrero de la entrada principal donde se leyera: colegio o escuela “FRAY BARTOLOMÉ DE LAS CASAS”.
---Este colegio o escuela, que al parecer fue fundado en 1900 por el jesuita ANTONIO REPIZO. Ya en 1946-48 (?), era atendido por la Madre Superiora, MARIA DEL CONSUELO SAUCEDO, así como MARIA DEL REFUGIO OLVERA, MERCEDES PEÑA VERA, JOSEFINA GÓMEZ y otras que se me escapan de la memoria. No debemos olvidar que estas nobles maestras pertenecían a una congregación religiosa denominada “SIERVAS DEL BUEN PASTOR”. También justo es recordar a alguien muy estimada y distinguida, además de las mentoras antes mencionadas, por cierto, se trataba de la profesora ISAURA HERNANDEZ DE CERVANTES, quien colaboraba como poetisa en el periódico “EL SOL ;DE PUEBLA”. Participaban también en este colegio el profesor de cultura física RAFAEL UZCANGA, la maestra de coro, música y solfeo, señora PONCE DE LEÓN, madre de la destacada alumna SOCORRO PONCE DE LEÓN; la enseñanza de matemáticas estaba a cargo del profesor ISIDRO LÓPEZ y como profesora de inglés PULLY GOOD.
---Qué descuido de mi parte, estoy rememorando los años cuarentas, qué más da, hace más de sesenta años, pero traducidos a segundos porque vinieron a mi mente los actos cívicos del colegio, el paso gallardo de las abanderadas: MARIA DE LA PAZ ESCOTO, GLORIA CACHO, GLORIA BARRAÑON, YOLANDA BOJALIL B., BUONFILIA Y BLANCA LILIA VAZQUEZ; la actitud traviesa pero sana de distinguidas alumnas como las señoritas: SONIA MIGUEL BOJALIL y sus hermanitas; GUADALUPE ALONSO DIAZ, MARIA DE LOS ANGELES ESPINOSA, OLGA y GLORIA “N”, (perdón por no recordar sus apellidos), IMELDA ARANDA, JUDITH CONDE; siguen acudiendo a mi memoria otras distinguidas compañeritas, como: ALICIA MARIA OSIO, JULIANA RODRIGUEZ, MAGDALENA y GUILLERMINA ROMERO, MICAELA PRADO, ROSITA MENESES PARDO, REBECA PAZ Y PUENTE, MARTHA ECHEGARAY y ROCÍO ESCOBAR. ¿Qué habrá sido de ellas? Qué diera por saber si se han enterado que siempre, hasta la fecha, en mis recuerdos y en mis bendiciones han estado presentes. ---No puede derrumbarse ese “PEQUEÑO GIGANTE”, que albergó también a JULIETA MENDIVIL, MARIA DE LOS ANGELES GUTIERREZ, YOLANDA GARCIA VERDÍN, LA GÜERA AGUIRRE, LUZ MARIA ROLDAN; por qué no recordar a los pequeños del kínder: ALEJANDRO y GENARO TECUATL, hijos de un distinguido médico, así como a LUIS ANTONIO LARRAZABAL, entre otros.
---Qué daría por confesar esas travesuras como “pecadillos”, que en la conciencia de adolescentes, pesaban en aquél entonces.
---Por esos recuerdos. Vuelvo a repetir: No puede derrumbarse este “PEQUEÑO GIGANTE”. ---Al detenerme, ante este lastimado edificio, miré al frente y pude ver la escalera al fondo. Cuántas veces, en alocada carrera perdimos el equilibrio y salimos lastimadas en alguna parte del cuerpo. Gritamos, lloramos y reímos muchas veces. Al encontrarme frente a este recinto, me pareció escuchar en ese momento el alboroto y el cuchicheo de los días escolares.
---Instintivamente me llevé las manos a la cara, entrecerré los ojos y vino a mí el recuerdo de aquella ocasión, en que la Madre Superiora, nos formó a todas en el patio de la escuela, su voz daba una tonalidad diferente cuando se trataba de una reprimenda o regaño, ---con inocente hipocresía, mirándonos de reojo una a otras, queríamos adivinar qué habríamos hecho mal, en nuestra temprana adolescencia---, entonces vociferó: “¡niñas!”, hay una nota en el periódico “LA OPINION”, donde se informa que algunas alumnas de este colegio no asisten los lunes a clases porque se van de “pinta”, y las han ubicado en el cine “GUERRERO”, dice también que la mayoría de los asistentes son “estudiantes”. Pese al silencio de los ahí presentes, se logró identificar a los culpables.
---El castigo para estas causas fue vergonzoso, una deshonra---, consistía, ---ante los asistentes---, en quitarnos el cuello y los puños de lo que se consideraba sagrado, “el uniforme escolar”. A partir de ese día, nadie faltó a clases, tomándose como mote que gracias al chisme del periódico “LA OPINION DE PUEBLA” .
---¡Insisto!, no puede derrumbarse ese “PEQUEÑO GIGANTE”, algo o alguien tiene que salvarlo.
CLARA CALDERON NEGRETE
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