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“La Sierra de Cazorla y su Misterioso Monte”

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(Basado en hechos reales de la época).

En el año: 1954, por la Sierra de Cazorla en
Andalucía (España), Estaba Tomas, un joven
Pastor, que alimentaba y cuidaba de su propio rebaño de cabras.
En un pequeño afluente del Rio Guadalquivir,
bajando por la Serranía de Cazorla, y por su
orilla apenas 12 metros se encontraba una pequeña choza, hecha de piedras y cemento, su tejado se basaba en cañas y toldos con pesadas piedras sosteniendo los toldos y cañas contra el viento y las inclemencias del tiempo.

A tres metros de la choza se encontraba un establo también de piedras y techo de toldos y piedras, donde se refugiaba al ganado del frio y de la lluvia, y donde se alimentaba con hierba fresca y abrevaderos de agua sacados del Rio.
A unos 30 metros de la casa de Tomas, estaba
la entrada al frondoso Bosque de Pinos, que
ocupa toda la subida de la falda de la gran montaña que deja un hondo y gran barranco,
por donde baja el afluente del Rio Guadalquivir. María era la mujer de Tomas el Pastor, y ella lo alimentaba y cuidaba de las
gallinas y patos, para tener con que intercambiar en los Mercados ambulantes de la época en los Pueblos cercanos, como especias,
ropa, o medicinas.
Como animal de compañía tenían a su perro fiel llamado Sultán, que ayudaba a pasturar y guiar al Rebaño de su amo Tomas.

Los pastos se terminaron en Invierno y hasta
bien entrada la Primavera, no volverían a brotar en los márgenes del Rio.
Tomas tenía que alimentar el ganado de cabras, si no las hembras no darían leche,
Imprescindible para la dieta de ellos y la cría del Rebaño.
Hablo con su esposa María, pues tenía que ausentarse un día entero para conseguir nuevos pastos, y tanto María como su esposo
Tomas, sabían perfectamente donde se encontraban dichos pastos, frescos y en mucha cantidad.

En lo alto de la Montaña de la Sierra a unos 3000 metros de altura rodeado de Bosque, y
su gran barranco a la orilla de la falda de la Montaña, se encuentra en sus alturas un inmenso Valle de ricos pastos sin árboles,
en esa inmensa es planicie, es donde Tomas quiere pastorear y recoger un saco de hierba
de reserva para su Rebaño.
Pero la pareja saben de lo de las viejas historias y leyendas de dicho y tan misterioso y oscuro bosque de grandes y altos Pinos, donde abundan las Leyendas de desapariciones en su entorno, donde apenas entran los rallos del Sol y donde la humedad es grandísima, y es fácil de perderse o caer en su hondo barranco engañados por tantos matorrales y pinos que tapan el abismo del barranco, y más si te pilla de noche o desconocimiento del entorno del lugar.

Solo Tomas conoce el Monte por donde tiene
que ir y donde están sus pequeños senderos
para subir la montaña sin peligro alguno.
Pero muy mala fama tiene ese frondoso bosque, las historias de viejas de aldeas y pueblos cercanos, dicen que allí abundan las
Meigas y Demonios, y todo aquel que se atreve
a adentrarse y aventurarse por su rincones escondidos a la civilización, desaparece para
siempre y no vuelve a salir de aquel Monte
con vida para contarlo.
Por ello es el motivo de que nadie hasta ahora
se ha atrevido adentrarse por sus oscuros senderos y vivir para contarlo.
Solo Tomas conoce el terreno por andar por
sus parajes en varias ocasiones y conoce bien
que sendero recorrer seguro, y donde evitar su Barranco del Rio.

Tomas quedo en la cena con su esposa que se
levantaría a las 5 de la madrugada, para ganar
tiempo y subir con su Rebaño, la tan alta Montaña y aprovechar mejor el día y bajar hierba de reserva guardada en su establo.
La cena en la mesa de madera de pino, se trataba de queso de cabra, Miel, vino y pan hecho por su esposa en su horno de leña,
hecho de barro.

Una vez acostados en su catre, Tomas y su
esposa no podían dormir, pensando en tan
peligroso viaje, más que viaje era toda una
aventura subir aquellos Misteriosos y peligrosos riscos de piedra.
La madrugada del frio Invierno despertó a Tomas que miro por su ventana que daba al
paisaje del peligroso Bosque, este movía del
fuerte viento las ramas que parecían invitarle
a introducirse en el Bosque, ¡ENTRA TOMAS!...
¡ENTRA TOMAS!... ¡ENTRA!

Eran las tres de la madrugada aún y tomas se
arropo con su manta, y escucho un alarido que
lo asusto, se volvió y era su esposa que siseaba (roncaba) muy dormida como una serpiente en celo, ¡Fiiiiiiiiiiiiiiiii!...a su lado detrás de él.

A las 4´30 de la madrugada y con un frio de
Muerte que cala los huesos, Tomas se levanto,
Mientras María le preparaba un caliente desayuno de leche.

Sin ganas pero sin remedio con un viento frio,
y una manta en sus espaldas, para aplacar el
frío Invierno de la Madrugada, Tomas saco el
Rebaño de 40 cabras y soltó a su fiel perro Sultán, para hacerle de guía para las cabras y conducirlas al Bosque cercano allí.

Eran las cinco de la madrugada subiendo el sendero de aquel Monte, todo el Rebaño y Tomas y su perro Sultán, el frio era inmenso de
tal manera que no daba a pensar si se aparecería algún Demonio por sus oscuros caminos.

Tomas, solo quería llegar lo antes posible a lo alto de la montaña y terminar de hacer su cometido en el Valle, y bajar rápido de nuevo
y refugiarse en su choza del frio y peligro alguno.

A las cuatro horas de sufrimiento y agotamiento físico, Tomas llego por fin al Valle y el Ganado empezó a comer en los pastos,
Mientras Tomas después de descansar y comer
un trozo de pan, chorizo, y varios tragos de
de vino de su bota, se incorporo y se puso
a cargar un gran saco de hierba, para bajarla
sobre sus espaldas mientras su fiel Sultán bajaba el Ganado.

Una vez cargado el saco y a punto de ser ya
el mediodía, Tomas diviso unos nubarrones oscuros como la noche, a lo lejos de donde se encontraba él y su Rebaño.
Indicaba que se acercaba a toda prisa una fuerte Tormenta.
Sin pensarlo Tomas mando a su fiel perro, que
levantase el Rebaño que descansaba encima de la hierba, y mientras Sultán hacia su cometido mandado por su amo, Tomas cogió
su gran saco y se lo hecho a las espaldas, y empezaron el forzoso viaje de retorno a la bajada de la peligrosa Montaña.

Sultán ladraba y ladraba alrededor del Rebaño,
para que este no se dispersara y perdiese el ritmo, mientras Tomas corría detrás del Rebaño guiado por Sultán y huyendo de la Tormenta.

Pero cuando llegaron a la altura de la bajada
de la Montaña, el cielo era tan negro que se
volvió de noche y empezó a caer frías y grandes gotas de agua.

Bajando el sendero y el oscuro Monte de
Pinos, empezó a llover de verdad, tanto que
encharco muy rápido de agua y barro, los
caminos a seguir del Rebaño y su pastor, que
dificultaban más la rápida marcha de Tomas,
pues sus alpargatas de esparto se clavaban en
el barro y tenía que aguantar más peso, además del saco.

Siendo las 12.30 del mediodía, parecía todo
lo contrario de la noche, y una fuerte neblina de agua que descargaba con fuerza y fuertes Rayos que hacían temblar toda la Montaña.
y hacer dudar al más Valiente.

Tomas se hecho su manta encima de sus espaldas y el saco encima de su cabeza para taparse de la lluvia, y escucho un fuerte lamento de agonía detrás de él, pero siguió
su rápido camino, no había tiempo de pararse a nada con aquella Tormenta amenazante
encima de sus espaldas.

Pero conforme bajaba el sendero detrás de
su Rebaño comandado por su fiel perro de pastoreo Sultán, de nuevo escucho los lamentos a metros de tras de él, se descargo
de su saco y durante unos segundos puso toda su atención sobre aquel lamento de ayuda, era como el sonido de un niño atrapado.
Hasta que se dio cuenta que aquel sonido podría
ser alguna de sus cabras que se quedase rezagada del rebaño y se perdiese por el Bosque, pero él pensó, que una cabra no era una gran pérdida, solo unos reales nada mas, y no valía la pena arriesgar la bajada de todo el Rebaño, así que siguió bajando a toda prisa, pero parecía que aquel lamento de agonía le seguía aunque estuviese ya lejos del lugar.

Cansado o tal vez por pura lástima que por el dinero perdido, Tomas mando a su fiel Sultán
que terminase de bajar al Rebaño, pues el
fiel animal ya estaba enseñado y acostumbrado
hacerlo el solo e incluso a meterlo en el establo, de otras ocasiones.
Tomas pensando en su animal tal vez herido
de una pata, vacio su saco de hierba y cogió su saco y se dirigió al sitio donde hacia media hora había escuchado al animal quejarse.

Después de tres largos cuartos de hora, buscando sin resultado alguno, encontró al
pobre animal al borde del abismo, solo sujeto
por las ramas de un joven pino y con una pata herida como Tomas había pensado.
La cabra Bramando con un niño pequeño llegaba hasta el corazón de Tomas, y con peligro de caer él, al fondo del barranco, fue
con mucho cuidado bajando hasta el animal.
mientras la lluvia y el frio seguía azotando a Tomas como si lo quisiese castigar por a verse
atrevido a subir por aquel lúgubre lugar.

Tomas cogió al animal mediano de cría mal
herido y lo metió en su saco y se lo cargo en
sus espaldas y subió la peligrosa falda de la Montaña, buscando el sendero de bajada a su casa.
Una vez en el camino de vuelta y aguantando
lluvia, frio, y truenos, y un viento que le llevaba de lado a lado, a él y su carga, Tomas lucho medio ciego de agua en sus ojos contra las inclemencias del tiempo y siguió bajando como si alguien le persiguiese detrás de sus de él.

Solo después de 15 largos minutos, Tomas se sintió muy fatigado, conforme bajaba cargado con su animal en su saco, noto como si su carga aumentara de tamaño y peso, y eso lo estaba mosqueando. (Miedo, poniendo alerta)

Ya llevaba media hora de camino y noto que además de el pesado saco, su forma ya le rebasaba su cabeza y ya no se escuchaba los lamentos del pequeño Cabrito herido.
Muy asustado Tomas, no se atrevía a descargar el saco sobre sus espaldas y mirar que había allí
dentro, pues aquello no era normal, el tamaño ya excedía del tamaño suyo propio.
En una hora de bajada, ya no pudo aguantar más, su agotamiento ya no le permitía seguir, aquel saco ya pesaría los 90 kilogramos. Rendido más que asustado, descargo su saco y desato las cuerdas para abrir el saco y mirar que contenía tan voluminosa y pesada carga.

Abrió temeroso y despacio el saco, y lo primero que pudo ver en la oscuridad del entorno y la Tormenta fueron unos horribles ojos, echando chispas de fuego y con mirada llena de maldad.
¡De repente un relámpago alumbro dentro del saco! Y vio una Horrible Criatura de Pesadilla, dentro del saco: tenia cara de hombre, pero con morro de cerdo y unos cuernos de jabalí,
Pezuñas de cabra en sus pies y zarpas con largas uñas en sus manos…Tomas soltó el saco
Aterrado mientras un fuerte Trueno le hizo perder el equilibrio y caer en el barro, y con sus ojos desorbitados de tal horror, Tomas escucho una desagradable y fuerte voz del más allá, saliendo de dentro del saco, que aun le causo más horror que nunca…
…¡¡¿QUE PASA TOMAS?!!, ¿QUÉ YA NO PUEDES CONMIGO?...¡¡YA TE HAS CANSADO!!, ¡DE MI!...¿TOMAS?

Dícese que Tomas, volvió a su casa después de una noche entera entre tormenta y horrores, a su casa con su pelo totalmente blanco y mudo,
nadie ni el propio Medico, le pudo hacer hablar y sonsacar al pobre Tomas que le había ocurrido, seguía mudo y con expresión de terror tumbado en su cama y mirando por el cristal de su ventana hacia el cercano Bosque, como si esperase algo o alguien.

A las tres semanas, Tomas murió pálido y
sin color alguno tumbado en su lecho, dicen en las Aldeas cercanas que murió de miedo al sentirse solo en el Bosque, pero…
¡TOMAS MURIO DE HORROR!

Aun hoy en día entre Cazorla y la Serranía, de Andalucía, se escuchan las Historias de los allí nativos de las apariciones de Demonios y Brujas, por aquellos escondidos contornos,
Abandonados de la mano de Dios.

Araciel Abaddon.
Todos los derechos reservados del
Autor de esta Prosa.
 

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