Amada mía: no sabes cuánta falta me haces. Todos los días le pido al destino que te haga regresar pronto de Francia. Una vela de color verde le enciendo cada noche a San Regreso, para que te devuelva rápido a mí. Estos veinte días que he vivido sin ti, la he pasado demasiado triste, y es porque me falta tu presencia. Imagino que ya te subiste a la Torre Eiffel, que ya conociste el Museo del Louvre, el Arco del Triunfo, la Catedral de Notre-Dame, el Palacio de Versalles y Los Campos Elíseos; si no has conocido las principales atracciones de aquel país, deseo de todo corazón que lo hagas, eso te hará feliz, te lo aseguro.
Amor mío: te cuento que el gato gris que tenemos de mascota en nuestra casa, todos los días me pregunta por ti; que si te encuentras bien, que si todavía, todas las noches te tomas una aromática antes de dormir, que si lo extrañas, a diario, me pregunta; siempre, le respondo: sí; ella se halla demasiado feliz –se lo digo sin saber si es verdad o mentira-.
Amada mía: el perfume que te regalé para el día de tus cumpleaños, lo dejaste en la mesa de noche que te regaló tu padre tres días antes de alejarte de mi lado; a diario, lo riego en nuestra alcoba, para así… no sentirte ausente.
Amor mío, tú, que muchas veces has sido mía, eres la única mujer que sabe de mis aventuras y desventuras; eres la única persona que me lleva al infinito. Deseo con ahínco que regreses junto a mí, para que podamos avivar nuestras pasiones, para que volvamos a ser los locos (los que dejan todo el aliento en cada encuentro pasional).
Querida mía: espero que, mi sentir, lo sientas en lo profundo de tu ser. Te espero ansioso, muero por verte, quiero saber de ti lo más pronto posible; quiero que me digas si sigo siendo el hombre con el que siempre has soñado, si no han borrado mis caricias de tu piel, si sigues queriendo tener dos hijos, conmigo; si pronuncias mi nombre en silencio, si me extrañas; por facebook , e-mail, o por medio de una carta, me puedes responder.
Si en tres días no tengo noticias tuyas, te llamaré, me despediré de ti; me enveneno, y mientras esté muriendo, diré muy lentamente: amor, ¡deseo de todo corazón que seas eternamente muy feliz!
Derechos Reservados de Autor.
Colombia.
Poyma(Seudónimo)
Amor mío: te cuento que el gato gris que tenemos de mascota en nuestra casa, todos los días me pregunta por ti; que si te encuentras bien, que si todavía, todas las noches te tomas una aromática antes de dormir, que si lo extrañas, a diario, me pregunta; siempre, le respondo: sí; ella se halla demasiado feliz –se lo digo sin saber si es verdad o mentira-.
Amada mía: el perfume que te regalé para el día de tus cumpleaños, lo dejaste en la mesa de noche que te regaló tu padre tres días antes de alejarte de mi lado; a diario, lo riego en nuestra alcoba, para así… no sentirte ausente.
Amor mío, tú, que muchas veces has sido mía, eres la única mujer que sabe de mis aventuras y desventuras; eres la única persona que me lleva al infinito. Deseo con ahínco que regreses junto a mí, para que podamos avivar nuestras pasiones, para que volvamos a ser los locos (los que dejan todo el aliento en cada encuentro pasional).
Querida mía: espero que, mi sentir, lo sientas en lo profundo de tu ser. Te espero ansioso, muero por verte, quiero saber de ti lo más pronto posible; quiero que me digas si sigo siendo el hombre con el que siempre has soñado, si no han borrado mis caricias de tu piel, si sigues queriendo tener dos hijos, conmigo; si pronuncias mi nombre en silencio, si me extrañas; por facebook , e-mail, o por medio de una carta, me puedes responder.
Si en tres días no tengo noticias tuyas, te llamaré, me despediré de ti; me enveneno, y mientras esté muriendo, diré muy lentamente: amor, ¡deseo de todo corazón que seas eternamente muy feliz!
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Poyma(Seudónimo)
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