Francisco Escobar Bravo
Miembro Conocido
A veces, por escribir
hieres a quien más te quiere,
a quien por amarte muere
y sin ti se ha de morir.
Son costumbres de poeta.
Si quieres, sólo ilusiones
para llenar los renglones
y la estrofa esté completa.
Aunque morirse de amor
es cosa que no se estila,
más vale que estés tranquila
y no me guardes rencor.
Es cierto que en mi pasado
me influyó mucho un querer.
Mas no la envidies, mujer,
que fue un amor de prestado.
- Tú me das y yo te doy
placer, luego nada más. -.
No la he vuelto a ver jamás
y sabes que franco soy.
¿Que se llevó lo mejor
de mi ser? Eso es bien cierto,
pero te juro que ha muerto
aquel lujurioso amor.
No le des más importancia
a un poema, es fantasía
y conoces que la mía
dicen que es de relevancia.
Soy poeta y el cambiar
de actitud es ya complejo,
soy cada día más viejo,
me es imposible ya amar
de otra forma diferente
que llevándote en el alma,
pues tú le prestas gran calma
a mi turbulenta mente.
¡Vamos ya! Más no me llores,
cambia el llanto por sonrisa
y ya verás qué deprisa
de mi pluma brotan flores.
hieres a quien más te quiere,
a quien por amarte muere
y sin ti se ha de morir.
Son costumbres de poeta.
Si quieres, sólo ilusiones
para llenar los renglones
y la estrofa esté completa.
Aunque morirse de amor
es cosa que no se estila,
más vale que estés tranquila
y no me guardes rencor.
Es cierto que en mi pasado
me influyó mucho un querer.
Mas no la envidies, mujer,
que fue un amor de prestado.
- Tú me das y yo te doy
placer, luego nada más. -.
No la he vuelto a ver jamás
y sabes que franco soy.
¿Que se llevó lo mejor
de mi ser? Eso es bien cierto,
pero te juro que ha muerto
aquel lujurioso amor.
No le des más importancia
a un poema, es fantasía
y conoces que la mía
dicen que es de relevancia.
Soy poeta y el cambiar
de actitud es ya complejo,
soy cada día más viejo,
me es imposible ya amar
de otra forma diferente
que llevándote en el alma,
pues tú le prestas gran calma
a mi turbulenta mente.
¡Vamos ya! Más no me llores,
cambia el llanto por sonrisa
y ya verás qué deprisa
de mi pluma brotan flores.