Alexia Landeau
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Al final del arco iris
Caminando y soñando con hadas, unicornios y elfos, encontré algo maravilloso, el comienzo del arco iris. Detrás de una roca que iluminaba extrañamente la noche oscura, emitía todos los colores y a su vez era muy blanca, bello juego de la física. Sorprendida solo observaba a la distancia, sin atreverme acercarme pero de pronto se desvaneció.
Apenada me alegue del lujar, una gran tristeza invadió mi corazón, un manto de oscuridad empezó a ocultarme, y lo bello de mi alrededor desapareció, mis ojos fueron invadidos por las lágrimas que rodaban por mis mejillas, y se depositaban en mis labios y caían por mi cuerpo.
Cuando el alma, comienza a secarse como un árbol seco, que lentamente pierde sus hojas, sus ramas se caen y queda como un leño erguido pero solitario, las maravillas desaparecen, los sueños y fantasías van lentamente marchitándose, y uno debe remontar el pozo.
Las penas, tristezas, angustias, que aniquilan el espiritu, deben guardarse en un cofre muy hermético y tirarlos al mar. El alma herida cual águila en cambio, de su plumaje , pico y uñas para sobrevivir, debe realizar el cambio,doloroso pero necesario para remontar nuevamente a las alturas, en un vuelo triunfal.
De la misma manera, el alma sufrirá los cambios, para ser nuevamente águila y poder gozar de la luz.
Entonces, lograra nuevamente ver el bello arco iris, pero ya no su comienzo, sino, llegar al tan ansiado final.
De niña me relataban que se escondía un cofre con monedas de oro, y creía que ello era real y era custodiado por celosos elfos.
Sin dudarlo surque, en mi bello pegaso, mares , ríos, montañas y encontré el final del arco iris, y allí estaba ese cofre, que brillaba a la luz del sol, como si fuera el mismo astro rey. Sigilosamente me acerque, los elfos abrieron paso y me hicieron camino hacia el tan ansiado tesoro. Uno de ellos solo hablo y me hizo depositaria del mas maravilloso tesoro que debo repartir por el mundo entero, y ese tesoro se llama AMOR.
Es la mayor energía que mueve el mundo. Todos somos depositarios de él, y es nuestra responsabilidad distribuirlo y salvar la humanidad.
Alexia Landeau
Argentina
15/03/2015
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