María del Mar Ponce López
Moderadora de Prosas Compartiendo Tristezas
ALLÍ, SE ME QUEDÓ EL CORAZÓN
Allí, en aquel lugar sin belleza
junto a ti yo me sentí princesa.
Un cuento de hadas tus manos,
allí, se me quedó el corazón,
se enganchó a tus silencios,
a tus suspiros de amor.
Allí, entre tus besos, tus carícias,
tu cuerpo aferrado a mi cuerpo,
tus te quieros, tu sonrisa
como en el mar la brisa,
allí, mi corazón en tu recuerdo,
en tu bolsillo, en tu camisa.
Me lo robaste y ya no es mío,
se quedó a tu lado porque tenía frío.
Allí, junto a tus sueños
en esa pasión de desnudez,
en esa flor engalanada
de tu olor, de tu pasión enamorada,
entre cosas casi yertas,
en una isla alejada,
en una isla desierta.
Yo no sabía de dulzuras
y con tu amor me quitaste la amargura.
Allí, junto al sonar de los hierros,
junto al ruido de los trenes
yo supe tanto de un te quiero...,
allí, mi corazón entre laureles,
te quedaste con él y no lo espero,
me quedé sin el sol, sin corazón,
no lo conviertas en un puñal de acero.
Te dije que lo guardaras que era tuyo,
y su latido es un triste murmullo.
Allí donde las sombras se perdían
tu mirada, tu cuerpo eran míos,
pero mi alma en tu alma se rompía,
no importa, quédate con mi alegría,
yo soy feliz porque estoy contigo,
porque te amo, te quiero, vida mía.
Allí, en aquel lugar sin belleza
junto a ti yo me sentí princesa.
Cuida a mi corazón que está cansado
de ver que ya jamás será un recuerdo,
porque aunque está junto a ti se te ha olvidado
y no sabes que te ama en silencio.
Allí mi suspirar y tus suspiros,
cuerpo a cuerpo en tu esencia me he quedado
porque mi corazón está contigo.
Y quiero de tus labios la dulzura,
y amanecer prendida de la luna.
María del Mar Ponce López
Reservados derechos de autor
safecreative.org/work/1004115961644
Allí, en aquel lugar sin belleza
junto a ti yo me sentí princesa.
Un cuento de hadas tus manos,
allí, se me quedó el corazón,
se enganchó a tus silencios,
a tus suspiros de amor.
Allí, entre tus besos, tus carícias,
tu cuerpo aferrado a mi cuerpo,
tus te quieros, tu sonrisa
como en el mar la brisa,
allí, mi corazón en tu recuerdo,
en tu bolsillo, en tu camisa.
Me lo robaste y ya no es mío,
se quedó a tu lado porque tenía frío.
Allí, junto a tus sueños
en esa pasión de desnudez,
en esa flor engalanada
de tu olor, de tu pasión enamorada,
entre cosas casi yertas,
en una isla alejada,
en una isla desierta.
Yo no sabía de dulzuras
y con tu amor me quitaste la amargura.
Allí, junto al sonar de los hierros,
junto al ruido de los trenes
yo supe tanto de un te quiero...,
allí, mi corazón entre laureles,
te quedaste con él y no lo espero,
me quedé sin el sol, sin corazón,
no lo conviertas en un puñal de acero.
Te dije que lo guardaras que era tuyo,
y su latido es un triste murmullo.
Allí donde las sombras se perdían
tu mirada, tu cuerpo eran míos,
pero mi alma en tu alma se rompía,
no importa, quédate con mi alegría,
yo soy feliz porque estoy contigo,
porque te amo, te quiero, vida mía.
Allí, en aquel lugar sin belleza
junto a ti yo me sentí princesa.
Cuida a mi corazón que está cansado
de ver que ya jamás será un recuerdo,
porque aunque está junto a ti se te ha olvidado
y no sabes que te ama en silencio.
Allí mi suspirar y tus suspiros,
cuerpo a cuerpo en tu esencia me he quedado
porque mi corazón está contigo.
Y quiero de tus labios la dulzura,
y amanecer prendida de la luna.
María del Mar Ponce López
Reservados derechos de autor
safecreative.org/work/1004115961644