DR Jose Roberto Hernandez
Miembro Conocido
Amor de globulos rojos
Esta moneta rojisima y redonda, aplanada al centro como ficha de Parchis, acostumbraba a divagar torrente arriba y torrente abajo, como si en una balsa o canoa, se deslizara por los rapidos rios ladera abajo en la montaña.
Este portador de oxigeno, hipertenso por naturaleza, no se daba cuenta que coincidia con una celula similar de pelo largo cada vez que se disparaban a la aorta.
La primera vez no vio su sexo, era mucha la velocidad de eyectarse, pero le parecio ver la mitad de la cara cubierta por el pelo que escondia una sonrisa adentada.
Se juro fijarse mas la proxima vez que salieran de la potente camara izquierda del organo mas enamorado de aquel cuerpo; pero esa vez el humano portador estaba amando y furiosa la corriente no permitio verle la cara.
En el proximo ciclo el ya curioso rojo globulo, tuvo mas tiempo para observarla........Era preciosa, su ombligo era sensual y su carcajada pequeña y milagrosa.
Le hizo señas para un baile y ella accedio sin dejar la preciosa carcajada.
Tomados de la mano el ciclico viaje era mas pasajero y no se aburrian con los mismos parajes de los organos.
En la primavera del ultimo plasma, decidieron al fin amarse como nunca, se abrazaron fuertemente y cubriendo sus cuerpos con mayas de fibrina, se posaron en la ultima frontera.
Asi les llego la muerte una semana e inmoviles y sonriendo se perdieron juntos en un beso
[h=1]Dr Jose Roberto Hernandez[/h]
Esta moneta rojisima y redonda, aplanada al centro como ficha de Parchis, acostumbraba a divagar torrente arriba y torrente abajo, como si en una balsa o canoa, se deslizara por los rapidos rios ladera abajo en la montaña.
Este portador de oxigeno, hipertenso por naturaleza, no se daba cuenta que coincidia con una celula similar de pelo largo cada vez que se disparaban a la aorta.
La primera vez no vio su sexo, era mucha la velocidad de eyectarse, pero le parecio ver la mitad de la cara cubierta por el pelo que escondia una sonrisa adentada.
Se juro fijarse mas la proxima vez que salieran de la potente camara izquierda del organo mas enamorado de aquel cuerpo; pero esa vez el humano portador estaba amando y furiosa la corriente no permitio verle la cara.
En el proximo ciclo el ya curioso rojo globulo, tuvo mas tiempo para observarla........Era preciosa, su ombligo era sensual y su carcajada pequeña y milagrosa.
Le hizo señas para un baile y ella accedio sin dejar la preciosa carcajada.
Tomados de la mano el ciclico viaje era mas pasajero y no se aburrian con los mismos parajes de los organos.
En la primavera del ultimo plasma, decidieron al fin amarse como nunca, se abrazaron fuertemente y cubriendo sus cuerpos con mayas de fibrina, se posaron en la ultima frontera.
Asi les llego la muerte una semana e inmoviles y sonriendo se perdieron juntos en un beso
[h=1]Dr Jose Roberto Hernandez[/h]
