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Aquel dulce despertar

Antonio Jurado

Miembro Conocido
$ Aquel dulce despertar.jpg


Ayer durmiendo soñaba que iba volando hacia el cielo
y al ir subiendo miraba como se alejaba el suelo.
Fui atravesando las nubes pensando en el más allá.
Estrellas blancas y azules se me iban quedando atrás.


De pronto llegué a un recinto blanco y puro, y la emoción
me hizo sentirme perdido, un ángel se me acercó
y músicas celestiales sonaban cuando me habló.


Todo era de tal belleza, todo tan acogedor,
que pensé estar en la gloria por su brillante esplendor.
El ángel me dio su mano, me enseñó la perfección
de las cosas más hermosas, de la amistad y el amor.


Me sentí como un enano, pequeño, ruin, sin valor
y cada vez vi más claro que mi vida era un error.
Me hablaba con gran ternura, casi en susurro y su voz
iba entrando con dulzura dentro de mi corazón.


Y me enseñó desde el cielo todo lo malo y lo triste,
la indiferencia, el dinero, la envidia, el odio que existe.
Me guió con gran cariño, me habló de la comprensión.
fui en sus manos como un niño al que dan una lección.


Le confesé que era malo, que era egoísta y traidor,
que me sentía mariposa, volando de flor en flor.
El ángel me sonreía y tras sus rubios cabellos,
una claridad invadía mi vida con sus destellos.


“Tú eres mariposa, dijo, volando de flor en flor,
porque en todo tu camino ninguna te dio su amor”.
“Si hallas la flor adecuada solo al verla, encontrarás,
en sus hojas perfumadas el cariño de verdad”.


Y me soltó de su mano y entre brumas se alejó,
“busca esa flor entre todas” iba diciendo su voz.
Sentí que llegaba el día, me desperté con su luz.
Y comprendí, al ver tus ojos, que aquel ángel eras tú.


Antonio Jurado (España) 1979
© Derechos reservados​
 

SANDRA BLANCO

Administradora - JURADO
Ver el archivo adjunto 3627


Ayer durmiendo soñaba que iba volando hacia el cielo
y al ir subiendo miraba como se alejaba el suelo.
Fui atravesando las nubes pensando en el más allá.
Estrellas blancas y azules se me iban quedando atrás.


De pronto llegué a un recinto blanco y puro, y la emoción
me hizo sentirme perdido, un ángel se me acercó
y músicas celestiales sonaban cuando me habló.


Todo era de tal belleza, todo tan acogedor,
que pensé estar en la gloria por su brillante esplendor.
El ángel me dio su mano, me enseñó la perfección
de las cosas más hermosas, de la amistad y el amor.


Me sentí como un enano, pequeño, ruin, sin valor
y cada vez vi más claro que mi vida era un error.
Me hablaba con gran ternura, casi en susurro y su voz
iba entrando con dulzura dentro de mi corazón.


Y me enseñó desde el cielo todo lo malo y lo triste,
la indiferencia, el dinero, la envidia, el odio que existe.
Me guió con gran cariño, me habló de la comprensión.
fui en sus manos como un niño al que dan una lección.


Le confesé que era malo, que era egoísta y traidor,
que me sentía mariposa, volando de flor en flor.
El ángel me sonreía y tras sus rubios cabellos,
una claridad invadía mi vida con sus destellos.


“Tú eres mariposa, dijo, volando de flor en flor,
porque en todo tu camino ninguna te dio su amor”.
“Si hallas la flor adecuada solo al verla, encontrarás,
en sus hojas perfumadas el cariño de verdad”.


Y me soltó de su mano y entre brumas se alejó,
“busca esa flor entre todas” iba diciendo su voz.
Sentí que llegaba el día, me desperté con su luz.
Y comprendí, al ver tus ojos, que aquel ángel eras tú.


Antonio Jurado (España) 1979
© Derechos reservados​


Un hermoso y muy romántico poema que vas engarzando en bellos versos,un gusto leerte,gracias por compartir,un beso grande.
 

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