Jorge Toro
Miembro Conocido
Día a día me pongo a pensar en tu amor
y comprendo que en ambos se conserva el ardor,
que la llama no ha muerto y no existen razones
para estar separados, ahogando pasiones.
Hoy declaras tenerme solamente un afecto,
aunque lanzan tus ojos sus flechazos directo;
yo pregono admirarte por tu porte de dama,
pero sueño llevarte seducida a mi cama.
Como amigos hablamos, deseándonos suerte,
llego a ti con regalos y me abrazas muy fuerte,
pero nunca logramos continuar adelante
y tumbar la barrera que tenemos delante.
Sé que cómoda esperas en mis labios asome
la palabra sentida con la que se desplome,
la pared que erigí ese trágico año
en que dije “me voy” sin pensar en el daño.
Tú ambicionas que hable de mi triste condena
y mirando a tus ojos te descubra mi pena,
para así recordarme que por mi iniciativa,
y actitud impasible, fuimos a la deriva.
Sé que soy responsable de vivir alejado,
que por mi desatino hoy no estás a mi lado,
que acabé con lo nuestro, sin porqué que valiera,
y expresé una razón tan falaz como huera…
2.
Hoy seguimos la vida, cada cual solitario,
cada quien esperando un instante incendiario;
evitando acceder a una torpe aventura
que pudiera llevar todo a la sepultura.
Casi a diario nos vemos, nos cruzamos al lado,
y nos relacionamos con frescor simulado;
ambos sólo pensando en vencer el temor,
y volviendo a besarnos darle paso al amor.
No te animas a hacerlo porque yo te dejé,
y tampoco me arriesgo porque tímido sé
que tu pétreo orgullo me querrá de rodillas
y también que te ofrezca una y otra mejillas.
Muchas veces he estado deseando buscarte,
y, con ansia alocada, abrazarte y besarte,
pero sé que repruebas la presión de improviso
y no lo admitirías sin tu previo permiso.
Si me dieras un sí volaría a tu cama
para, lleno de ansias, encenderte cual llama,
porque el sexo contigo siempre fue tan intenso,
que en mis noches a solas, vibro cuando te pienso.
Quiero pronto llamarte, a decirte que quiero
que seamos de nuevo cuanto fuimos primero,
por mi torpe conducta ofrecerte disculpas
porque he sido insensato… y ¡confieso mis culpas!
y comprendo que en ambos se conserva el ardor,
que la llama no ha muerto y no existen razones
para estar separados, ahogando pasiones.
Hoy declaras tenerme solamente un afecto,
aunque lanzan tus ojos sus flechazos directo;
yo pregono admirarte por tu porte de dama,
pero sueño llevarte seducida a mi cama.
Como amigos hablamos, deseándonos suerte,
llego a ti con regalos y me abrazas muy fuerte,
pero nunca logramos continuar adelante
y tumbar la barrera que tenemos delante.
Sé que cómoda esperas en mis labios asome
la palabra sentida con la que se desplome,
la pared que erigí ese trágico año
en que dije “me voy” sin pensar en el daño.
Tú ambicionas que hable de mi triste condena
y mirando a tus ojos te descubra mi pena,
para así recordarme que por mi iniciativa,
y actitud impasible, fuimos a la deriva.
Sé que soy responsable de vivir alejado,
que por mi desatino hoy no estás a mi lado,
que acabé con lo nuestro, sin porqué que valiera,
y expresé una razón tan falaz como huera…
2.
Hoy seguimos la vida, cada cual solitario,
cada quien esperando un instante incendiario;
evitando acceder a una torpe aventura
que pudiera llevar todo a la sepultura.
Casi a diario nos vemos, nos cruzamos al lado,
y nos relacionamos con frescor simulado;
ambos sólo pensando en vencer el temor,
y volviendo a besarnos darle paso al amor.
No te animas a hacerlo porque yo te dejé,
y tampoco me arriesgo porque tímido sé
que tu pétreo orgullo me querrá de rodillas
y también que te ofrezca una y otra mejillas.
Muchas veces he estado deseando buscarte,
y, con ansia alocada, abrazarte y besarte,
pero sé que repruebas la presión de improviso
y no lo admitirías sin tu previo permiso.
Si me dieras un sí volaría a tu cama
para, lleno de ansias, encenderte cual llama,
porque el sexo contigo siempre fue tan intenso,
que en mis noches a solas, vibro cuando te pienso.
Quiero pronto llamarte, a decirte que quiero
que seamos de nuevo cuanto fuimos primero,
por mi torpe conducta ofrecerte disculpas
porque he sido insensato… y ¡confieso mis culpas!
