En esta hora en que la poesía descansa
en esa hora beberé de ti
beberé de tus labios
beberé de tu boca
hasta emborracharme de ti
hasta que abandones tu cuerpo en mis manos
tiernas y fuertes como dura roca.
Beberé de ti
todo tu anhelo
toda tu sed
hasta colmarme de luz
hasta que hierva tu sangre
y lleno de ti
te oiga gritar un “te quiero”
Beberé de ti, de tus labios rojos
como si vino fuera
hasta secar el laberinto de la duda
de esta eterna mañana
Beberé de tu olor
como aroma del desierto
y si eres veneno ¡moriré!
pero no de sed si no de amor
del sentimiento envenenado
que grita tu nombre y perdón.
en esa hora beberé de ti
beberé de tus labios
beberé de tu boca
hasta emborracharme de ti
hasta que abandones tu cuerpo en mis manos
tiernas y fuertes como dura roca.
Beberé de ti
todo tu anhelo
toda tu sed
hasta colmarme de luz
hasta que hierva tu sangre
y lleno de ti
te oiga gritar un “te quiero”
Beberé de ti, de tus labios rojos
como si vino fuera
hasta secar el laberinto de la duda
de esta eterna mañana
Beberé de tu olor
como aroma del desierto
y si eres veneno ¡moriré!
pero no de sed si no de amor
del sentimiento envenenado
que grita tu nombre y perdón.
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