Caballo Negro
Miembro Conocido
CABALGANDO A LA ESPERANZA JavierTomas &Caballo Negro
No quiero que cabalgues
en busca de nada,
que nada deseo de usted
deje que mis sueño sea solo míos,
porque no encontraras mi ermita
ya que libertad tan añorada
déjame ser la niña dulce y desolada.
Ya no cabalguesen busca de nada
ya que esta niña no quiere nada,
déjame aun ser mi sueño
que también tus ojos mendigan.
No deseo nada de ti
ya que no encentras mi ermita,
déjame la libertad tan añorada
de niña dulce y desolada.
Sintus ojos verdes, como la oliva,
mi alma se quiebra, yace sin vida,
de solo tus labios, espero el milagro,
que aleje esta muerte de mi lado.
Quiéreme niña, quiéreme,
como la espiga al sol,
el rocío a la lluvia,
como te quiero yo.
Podrías morir a mi lado
junto al oliva de mis ojos,
donde mis labios estarán sellados
como el hielo del Ártico.
No deseo nada de ti mi señor del corcel blanco
que mi alma de niña
no anhela de tus milagros,
porque ni eres Dios ni Santo.
Dejaque mi aliento derrita ese hielo
con el calor de mi corazón,
que niña te quiero, niña,
tan pura como una flor.
Bien sabes que no nací Santo
pero guardo limpia devoción
por las huellas que tu dejas
en el barro de mi amor.
Ya no acerques más tu corazón a mi lado
que poco a poco ese corazón prendera,
quiero seguir sintiendo a esa niña
escondida en su ermita,
pero tus palabras aun las puedo oír
tocando este corazón que quizás sea tu devoción.
Sobre las palmas de mi mano,
te entrego puro y henchido,
el corazón, vibrando con el tañido,
del dulce nombre de mi amada.
Solo puedo morir, sin tu recuerdo,
y no quiero vivir, sin tu caricias,
que solo puedo sentir, si a tu lado,
mi ser se encuentra atrapado.
Ya no puedo negarme a tu encanto
ya que con esos encantos me desenterraste,
muero ya por ser doncella entre tus brazos
para cabalgar la vida junto a tu regazo,
ya no mueras por mí, mi señor del corcel blanco
que me entregare a ti aun siendo esa niña,
la niña de ojos verdes de tu corazón amado.
Febrero 2013.
No quiero que cabalgues
en busca de nada,
que nada deseo de usted
deje que mis sueño sea solo míos,
porque no encontraras mi ermita
ya que libertad tan añorada
déjame ser la niña dulce y desolada.
Ya no cabalguesen busca de nada
ya que esta niña no quiere nada,
déjame aun ser mi sueño
que también tus ojos mendigan.
No deseo nada de ti
ya que no encentras mi ermita,
déjame la libertad tan añorada
de niña dulce y desolada.
Sintus ojos verdes, como la oliva,
mi alma se quiebra, yace sin vida,
de solo tus labios, espero el milagro,
que aleje esta muerte de mi lado.
Quiéreme niña, quiéreme,
como la espiga al sol,
el rocío a la lluvia,
como te quiero yo.
Podrías morir a mi lado
junto al oliva de mis ojos,
donde mis labios estarán sellados
como el hielo del Ártico.
No deseo nada de ti mi señor del corcel blanco
que mi alma de niña
no anhela de tus milagros,
porque ni eres Dios ni Santo.
Dejaque mi aliento derrita ese hielo
con el calor de mi corazón,
que niña te quiero, niña,
tan pura como una flor.
Bien sabes que no nací Santo
pero guardo limpia devoción
por las huellas que tu dejas
en el barro de mi amor.
Ya no acerques más tu corazón a mi lado
que poco a poco ese corazón prendera,
quiero seguir sintiendo a esa niña
escondida en su ermita,
pero tus palabras aun las puedo oír
tocando este corazón que quizás sea tu devoción.
Sobre las palmas de mi mano,
te entrego puro y henchido,
el corazón, vibrando con el tañido,
del dulce nombre de mi amada.
Solo puedo morir, sin tu recuerdo,
y no quiero vivir, sin tu caricias,
que solo puedo sentir, si a tu lado,
mi ser se encuentra atrapado.
Ya no puedo negarme a tu encanto
ya que con esos encantos me desenterraste,
muero ya por ser doncella entre tus brazos
para cabalgar la vida junto a tu regazo,
ya no mueras por mí, mi señor del corcel blanco
que me entregare a ti aun siendo esa niña,
la niña de ojos verdes de tu corazón amado.
Febrero 2013.
Última edición: