Francisco Escobar Bravo
Miembro Conocido
Canta el poeta, cansado.
Porta en el alma canciones
que le recuerdan los tiempos
de ayer, cuando fuera joven.
Ya no tiene su garganta
el mismo vigor de entonces,
pero vibra todavía
aunque carezca de amores.
Sus ilusiones han muerto,
se apagaron sus faroles.
Hoy tan sólo es una sombra
que se refugia en sus noches.
Y así fluye el día a día
a la espera de Caronte,
hasta tiene preparada
ya la moneda de cobre
para atravesar la Estigia
de aguas negras y salobres.
Mas, mientras llega el momento,
en sus cantos fuerza pone.
Debe seguir su camino,
aunque andar le cueste el doble
que cuando fue aquel muchacho
de ojos vivos, verdes, nobles.
Como escribió el gran Machado:
Verso a verso, golpe a golpe.
Porta en el alma canciones
que le recuerdan los tiempos
de ayer, cuando fuera joven.
Ya no tiene su garganta
el mismo vigor de entonces,
pero vibra todavía
aunque carezca de amores.
Sus ilusiones han muerto,
se apagaron sus faroles.
Hoy tan sólo es una sombra
que se refugia en sus noches.
Y así fluye el día a día
a la espera de Caronte,
hasta tiene preparada
ya la moneda de cobre
para atravesar la Estigia
de aguas negras y salobres.
Mas, mientras llega el momento,
en sus cantos fuerza pone.
Debe seguir su camino,
aunque andar le cueste el doble
que cuando fue aquel muchacho
de ojos vivos, verdes, nobles.
Como escribió el gran Machado:
Verso a verso, golpe a golpe.