Francisco Escobar Bravo
Miembro Conocido
Un Mosén muy levantisco
está agitando el convento
y tiene muy descontento.
al Emérito Francisco.
¡Se puede armar aquí un cisco
de los que causan sorpresa,
porque la Madre Abadesa
tampoco le da razón.
¿Le dará la absolución
si su pecar no confiesa?
- Aquí sucede algo extraño...
Así que, Isidro, prepara
una fuerte y dura vara.
Ya me has comprendido, maño.
Poco importa su tamaño
en tanto resulte dura,
a la gente que es impura
hay que darle en la cabeza
pues peca pero no reza
ya que lascivia supura.
¡Gente vaga y pecadora,
Abadesa y Fray Papilla,
abran ya la bodeguilla
porque todo el clero llora!
¡Leñe! ¿A qué espera, señora?
Y que el soez cocinero,
nos dé cuentas del dinero
que se gasta en la comida.
¡Nos sirve cabra podrida
como si fuera cordero!
¡Y de postre quiere seso,
pero con equis, servir!
Parece que eso es pedir
demasiado y con exceso!
¿A que meto al fraile preso
como toque a una novicia?
¡Quiere tener la primicia
que a mi cargo corresponde!
Si le riño me responde...
¡No es rebeldía, es sevicia!
El voto de castidad
que hicieron y que hace falta
solamente se lo salta
el menda, que es Santidad.
Permiso daré al Abad
para que, de vez en cuando,
halle también lecho blando.
Para no darle un disgusto
al que vigila, es lo justo,
permiso darle y lo mando.
Los demás, ¡a flagelarse
y a cumplir la penitencia!
Como no observe obediencia,
¡ay, Dios, la que puede armarse!
¡Tanto jugar y besarse
en cuanto doblo la esquina..!
Esto me da mala espina
y habrá que poner remedio.
¡Si la lujuria da asedio
se calma con Aspirina!
O con Adiro que es bueno,
por las mañanas lo tomo
y, ¿qué tendrá?, que me como
hasta un buey y después ceno.
Pero caer en lo obsceno
eso ya no es tolerable.
Yo traté de ser amable
y prestarles muy buen trato.
¿No cumplen con el contrato..?
Prior, ¡vaya preparando el sable! -.
está agitando el convento
y tiene muy descontento.
al Emérito Francisco.
¡Se puede armar aquí un cisco
de los que causan sorpresa,
porque la Madre Abadesa
tampoco le da razón.
¿Le dará la absolución
si su pecar no confiesa?
- Aquí sucede algo extraño...
Así que, Isidro, prepara
una fuerte y dura vara.
Ya me has comprendido, maño.
Poco importa su tamaño
en tanto resulte dura,
a la gente que es impura
hay que darle en la cabeza
pues peca pero no reza
ya que lascivia supura.
¡Gente vaga y pecadora,
Abadesa y Fray Papilla,
abran ya la bodeguilla
porque todo el clero llora!
¡Leñe! ¿A qué espera, señora?
Y que el soez cocinero,
nos dé cuentas del dinero
que se gasta en la comida.
¡Nos sirve cabra podrida
como si fuera cordero!
¡Y de postre quiere seso,
pero con equis, servir!
Parece que eso es pedir
demasiado y con exceso!
¿A que meto al fraile preso
como toque a una novicia?
¡Quiere tener la primicia
que a mi cargo corresponde!
Si le riño me responde...
¡No es rebeldía, es sevicia!
El voto de castidad
que hicieron y que hace falta
solamente se lo salta
el menda, que es Santidad.
Permiso daré al Abad
para que, de vez en cuando,
halle también lecho blando.
Para no darle un disgusto
al que vigila, es lo justo,
permiso darle y lo mando.
Los demás, ¡a flagelarse
y a cumplir la penitencia!
Como no observe obediencia,
¡ay, Dios, la que puede armarse!
¡Tanto jugar y besarse
en cuanto doblo la esquina..!
Esto me da mala espina
y habrá que poner remedio.
¡Si la lujuria da asedio
se calma con Aspirina!
O con Adiro que es bueno,
por las mañanas lo tomo
y, ¿qué tendrá?, que me como
hasta un buey y después ceno.
Pero caer en lo obsceno
eso ya no es tolerable.
Yo traté de ser amable
y prestarles muy buen trato.
¿No cumplen con el contrato..?
Prior, ¡vaya preparando el sable! -.