Yaneth Hernández
Miembro Conocido
Añoro las golondrinas curtiendo el infinito,
los barcos nostálgicos,
los besos de la aurora...
en las mañanas de invierno
el fuego latente en la chimenea,
y tu abrazo después del cansancio.
Viajar a tus ojos, sentir la eternidad en ellos
resucitar en tu voz.
Si un día te perdiera,
moraría en el vientre de la luna,
cubriría mis huesos con la hierba de los pantanos
hasta borrar mi rastro del planeta,
y dejaría trozos de mi alma esparcidos por los caminos,
Desde hoy he tocado el fondo de tus labios.
he bebido tu saliva excitada.
Tu encendido pelo
el balcón de tu cintura,
y los cerezos de tus pechos.
Soy el guardián de tu respiro
el álamo que cobija tu sombra,
la sinfonía que adormece tu sonrisa
la brisa cortejando tus mejillas.
.
Mi soledad ha envejecido junto a ti,
la he despido con una mariposa andaluz
y el canto hondo de tenerte en mis brazos,
todos los minutos de los días.
Derechos reservados.
los barcos nostálgicos,
los besos de la aurora...
en las mañanas de invierno
el fuego latente en la chimenea,
y tu abrazo después del cansancio.
Viajar a tus ojos, sentir la eternidad en ellos
resucitar en tu voz.
Si un día te perdiera,
moraría en el vientre de la luna,
cubriría mis huesos con la hierba de los pantanos
hasta borrar mi rastro del planeta,
y dejaría trozos de mi alma esparcidos por los caminos,
Desde hoy he tocado el fondo de tus labios.
he bebido tu saliva excitada.
Tu encendido pelo
el balcón de tu cintura,
y los cerezos de tus pechos.
Soy el guardián de tu respiro
el álamo que cobija tu sombra,
la sinfonía que adormece tu sonrisa
la brisa cortejando tus mejillas.
.
Mi soledad ha envejecido junto a ti,
la he despido con una mariposa andaluz
y el canto hondo de tenerte en mis brazos,
todos los minutos de los días.
Derechos reservados.