Victor Diaz Goris
Miembro Conocido
COMIENZO
El sonido de una guitarra
masturbada por un ángel negro
se expande feliz
por la inmensa llanura
poblada de asfódelos muertos.
En el amanecer
preludio de la eternidad
hay multitud de olores canosos
luces ya arrugadas
labios oxidados
besos huérfanos.
El aire magullado
trae voces espinadas
que van pudriendo
el silencio.
Una salamandra,
con una flor en el pelo
quiere huir hacia tus ojos
arrastrando calaveras
con el color de la Nada.
El aliento de lo Etéreo
cae pesaroso
desde la noche estrellada
como sabiendo
que el Tiempo
pronto morirá.
El fantasma del miedo
también asustado
se aleja presuroso.
Nadja ha recobrado
la sonrisa:
Bretón pronto llegará.
VÍCTOR DÍAZ GORIS
El sonido de una guitarra
masturbada por un ángel negro
se expande feliz
por la inmensa llanura
poblada de asfódelos muertos.
En el amanecer
preludio de la eternidad
hay multitud de olores canosos
luces ya arrugadas
labios oxidados
besos huérfanos.
El aire magullado
trae voces espinadas
que van pudriendo
el silencio.
Una salamandra,
con una flor en el pelo
quiere huir hacia tus ojos
arrastrando calaveras
con el color de la Nada.
El aliento de lo Etéreo
cae pesaroso
desde la noche estrellada
como sabiendo
que el Tiempo
pronto morirá.
El fantasma del miedo
también asustado
se aleja presuroso.
Nadja ha recobrado
la sonrisa:
Bretón pronto llegará.
VÍCTOR DÍAZ GORIS