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Miembro Conocido
Pasé por tu ventana una mañana
¡Qué perfumes, que olores a flores brindabas!
en tu rostro, que bellos colores lucías,
y tu risa, cascada sonora de amor parecía.
Envolvía tu cuerpo capullo sublime
que escondía mil besos prohibidos.
Eso lo vieron mis ojos
y de allí a mi corazón
en amor se convirtió.
Y en tu mudo lenguaje
parecías decir: para tí, para tí,.
Y pasó; que al volver por la tarde
sólo estaba tu fresca fragancia,
se habían ido tu risa, colores,
y el capullo que tu cuerpo vestía
ya no estaba, de amor había muerto.
Y con rabia y dolor en el alma
al voltear para ver la ventana, me dije:
efímera vida, hoy eres gozo y belleza,
más tarde ausencia y dolor.
27/05/2014
Ysidro Parra-Venezuela
Reservados Derechos de Autor.
¡Qué perfumes, que olores a flores brindabas!
en tu rostro, que bellos colores lucías,
y tu risa, cascada sonora de amor parecía.
Envolvía tu cuerpo capullo sublime
que escondía mil besos prohibidos.
Eso lo vieron mis ojos
y de allí a mi corazón
en amor se convirtió.
Y en tu mudo lenguaje
parecías decir: para tí, para tí,.
Y pasó; que al volver por la tarde
sólo estaba tu fresca fragancia,
se habían ido tu risa, colores,
y el capullo que tu cuerpo vestía
ya no estaba, de amor había muerto.
Y con rabia y dolor en el alma
al voltear para ver la ventana, me dije:
efímera vida, hoy eres gozo y belleza,
más tarde ausencia y dolor.
27/05/2014
Ysidro Parra-Venezuela
Reservados Derechos de Autor.