• Sabías que puedes registrarte o ingresar a tu cuenta directamente desde facebook con el botón de facebook en la parte superior de la página?

Contra el peor enemigo


(poema para gente especial)

Aquel resultó un día desacostumbrado.
Las sonrisas emigraron a buscarse otro lugar.
Aunque solo tenía 4 años, Andrés muy pronto entendió
que algo muy raro pasaba porque adonde él llegaba,
todas las demás personas le hacían un silencio atroz.

Le preguntó a su hermano, que solo tenía ocho años
y le decía que estaba enfermo pero que muy pronto
el médico le curaría y la vida volvería a ser como antes
que estaba siempre llena de risas, juegos y amor.

Fue asumiendo con su familia que salir de aquel problema
les costaría mucho esfuerzo pero que luchando juntos
vencerían al enemigo que era fuerte u peleón.

Cuando iba a la consulta no estaba solo porque iban
con él ante ese mal trago, su hermano, papá y mamá,
lo llevaban de la mano a luchar contra el malo
que se evitaba nombrar por no perder la ilusión.

Y así día tras día metido en aquel triste hospital
nunca lo dejaban solo y siempre le daban sonrisas
abrazos, besos y frases muy cariñosas
para evitar que perdiera aquel combate bestial.

Empeoraba o mejoraba según la medicación
que le iban administrando y el tiempo pasó despacio
y Andrés había momentos, cuando moría algún amiguito,
que no veía la salida de aquel túnel infernal.

Y la quimio que le dieron un día que le sentó fatal,
hizo que todos pensaran con lágrimas en los ojos
que el enemigo invisible otra vez iba a ganar.

Hicieron piña de amor todos juntos con el niño
aquella terrible noche toda la familia unida,
para ayudarle a salir de aquel momento.

El doctor dijo que había que esperar un día
para ver si el resultado sería el que se esperaba
y en su lucha desigual,
David ganaría a Goliat.

Mil horas tuvo la noche y solo se durmió el niño,
con del resto de la familia allí no durmió ni Dios
que había bajado del cielo para sumarse con ellos
contra aquella enfermedad que a todos entristeció.

Y tras día y medio dormido se despertó sonriendo
y les explicaba a todos que ya se encontraba bien
y no sentía nada malo, como sentía días atrás.

Los análisis confirmaron que todo había ido de perlas
y ya le iban a dar de alta y que se fueran a casa
para dar gracias a Dios y así poder descansar.

Y para que Andrés diera de comer a su gato
y ya llevaba mucho tiempo sin verlo ni jugar con el
sin decirle cosas lindas y sin poderlo abrazar.

Y otra vez entró la luz cuando Andrés entró a su casa
El cielo azul parecía que nunca se iba a acabar.
Y las sonrisas de todos fueron de felicidad.

Antonio Jurado(España)
© Derechos reservados
 

Adjuntos

Última edición:

(poema para gente especial)

Aquel resultó un día desacostumbrado.
Las sonrisas emigraron a buscarse otro lugar.
Aunque solo tenía 4 años, Andrés muy pronto entendió
que algo muy raro pasaba porque adonde él llegaba,
todas las demás personas le hacían un silencio atroz.

Le preguntó a su hermano, que solo tenía ocho años
y le decía que estaba enfermo pero que muy pronto
el médico le curaría y la vida volvería a ser como antes
que estaba siempre llena de risas, juegos y amor.

Fue asumiendo con su familia que salir de aquel problema
les costaría mucho esfuerzo pero que luchando juntos
vencerían al enemigo que era fuerte u peleón.

Cuando iba a la consulta no estaba solo porque iban
con él ante ese mal trago, su hermano, papá y mamá,
lo llevaban de la mano a luchar contra el malo
que se evitaba nombrar por no perder la ilusión.

Y así día tras día metido en aquel triste hospital
nunca lo dejaban solo y siempre le daban sonrisas
abrazos, besos y frases muy cariñosas
para evitar que perdiera aquel combate bestial.

Empeoraba o mejoraba según la medicación
que le iban administrando y el tiempo pasó despacio
y Andrés había momentos, cuando moría algún amiguito,
que no veía la salida de aquel túnel infernal.

Y la quimio que le dieron un día que le sentó fatal,
hizo que todos pensaran con lágrimas en los ojos
que el enemigo invisible otra vez iba a ganar.

Hicieron piña de amor todos juntos con el niño
aquella terrible noche toda la familia unida,
para ayudarle a salir de aquel momento.

El doctor dijo que había que esperar un día
para ver si el resultado sería el que se esperaba
y en su lucha desigual,
David ganaría a Goliat.

Mil horas tuvo la noche y solo se durmió el niño,
con del resto de la familia allí no durmió ni Dios
que había bajado del cielo para sumarse con ellos
contra aquella enfermedad que a todos entristeció.

Y tras día y medio dormido se despertó sonriendo
y les explicaba a todos que ya se encontraba bien
y no sentía nada malo, como sentía días atrás.

Los análisis confirmaron que todo había ido de perlas
y ya le iban a dar de alta y que se fueran a casa
para dar gracias a Dios y así poder descansar.

Y para que Andrés diera de comer a su gato
y ya llevaba mucho tiempo sin verlo ni jugar con el
sin decirle cosas lindas y sin poderlo abrazar.

Y otra vez entró la luz cuando Andrés entró a su casa
El cielo azul parecía que nunca se iba a acabar.
Y las sonrisas de todos fueron de felicidad.

Antonio Jurado(España)
© Derechos reservados
ANTONIO

Entretenidas líneas con un final feliz.

Un fortísimo abrazo,

Guillermo.
 
Y otra vez entró la luz cuando Andrés entró a su casa
El cielo azul parecía que nunca se iba a acabar.
Y las sonrisas de todos fueron de felicidad.

El bien siempre triunfa sobre el mal. Ha sido un placer la lectura. Saluditos poeta​
 

RADIO EN VIVO

Donar

Versos Compartidos en Facebook

Arriba