Carlos Ariel Albornoz
Miembro Conocido
DÉCIMAS AL FACÓN
Querer sacarle al paisano
de la cintura el cuchillo,
es cosa de conventillo
y hasta parece inhumano.
¡Así le cortan la mano
con que se gana sus chauchas!
Cuchichean como lauchas
algunos en el montón
y no entienden que el facón
nació con las pilchas gauchas.
Para empuñarlo al instante
y casi aguardando el tajo,
va con su filo hacia abajo
el “verijero”, delante.
¡Es pequeño y muy cortante!
Sobre la zona inguinal,
parece un arma letal
mas no conoce peleas:
sólo sabe de tareas
en el trabajo rural.
De algún sable o bayoneta
nació grande el “caronero”,
fiel amigo del apero
que por largo se respeta.
La montura está incompleta
para ir a ganarse el día,
si falta su compañía
en el latir del galope.
¡Y ha de salvar a quién tope
cualquier manada o jauría!
Con gavilán (sea recto,
doblado en “S”, o en “U”)
penetra hasta el caracú
su doble filo perfecto.
¡La daga tiene ese efecto
especial en la estocada!
No siempre fue bien usada;
como su hermano el puñal
que ha causado mucho mal
a la gente traicionada.
¡Qué lindo se ve el cuchillo
en la funda que lo abriga!,
bien encabada su espiga
o de diseño sencillo.
Botón forjado a martillo
luce esta criolla herramienta,
que igual corta la tormenta,
unas sogas o el asado
y, detrás, atravesado
completa la vestimenta.
Carlos Ariel Albornoz
Querer sacarle al paisano
de la cintura el cuchillo,
es cosa de conventillo
y hasta parece inhumano.
¡Así le cortan la mano
con que se gana sus chauchas!
Cuchichean como lauchas
algunos en el montón
y no entienden que el facón
nació con las pilchas gauchas.
Para empuñarlo al instante
y casi aguardando el tajo,
va con su filo hacia abajo
el “verijero”, delante.
¡Es pequeño y muy cortante!
Sobre la zona inguinal,
parece un arma letal
mas no conoce peleas:
sólo sabe de tareas
en el trabajo rural.
De algún sable o bayoneta
nació grande el “caronero”,
fiel amigo del apero
que por largo se respeta.
La montura está incompleta
para ir a ganarse el día,
si falta su compañía
en el latir del galope.
¡Y ha de salvar a quién tope
cualquier manada o jauría!
Con gavilán (sea recto,
doblado en “S”, o en “U”)
penetra hasta el caracú
su doble filo perfecto.
¡La daga tiene ese efecto
especial en la estocada!
No siempre fue bien usada;
como su hermano el puñal
que ha causado mucho mal
a la gente traicionada.
¡Qué lindo se ve el cuchillo
en la funda que lo abriga!,
bien encabada su espiga
o de diseño sencillo.
Botón forjado a martillo
luce esta criolla herramienta,
que igual corta la tormenta,
unas sogas o el asado
y, detrás, atravesado
completa la vestimenta.
Carlos Ariel Albornoz

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