Eclipse
Miembro Conocido
Lloraba un niño en su esquina
mirando al cielo estrellado,
diciendo con voz cortada
la pena que está llevando.
“Por dónde estás madrecita
que no te escucho ni veo,
por qué no vienes a verme
con tanto que yo te quiero.
A Dios le pido en las noches
que pronto tú te aparezcas,
pues quiero jugar contigo
y en brazos tuyos me tengas.
Por mucho que rezo y lloro
no siento que me contesta,
por qué a mi Dios no le dices
que a él me sirvo de ofrenda.
Que ya no quiero vivir
por tanto que me atormenta
la pena que voy notando
por no tenerte muy cerca.
Háblale tu madrecita,
dile que yo estoy sufriendo,
que van pasando los días
y sin ti me arde el silencio”
El niño ya en su esquinita
dejó sus brazos abiertos
y Dios se lo fue llevando
al cielo todo contento.
mirando al cielo estrellado,
diciendo con voz cortada
la pena que está llevando.
“Por dónde estás madrecita
que no te escucho ni veo,
por qué no vienes a verme
con tanto que yo te quiero.
A Dios le pido en las noches
que pronto tú te aparezcas,
pues quiero jugar contigo
y en brazos tuyos me tengas.
Por mucho que rezo y lloro
no siento que me contesta,
por qué a mi Dios no le dices
que a él me sirvo de ofrenda.
Que ya no quiero vivir
por tanto que me atormenta
la pena que voy notando
por no tenerte muy cerca.
Háblale tu madrecita,
dile que yo estoy sufriendo,
que van pasando los días
y sin ti me arde el silencio”
El niño ya en su esquinita
dejó sus brazos abiertos
y Dios se lo fue llevando
al cielo todo contento.
