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De niños y años

Dime si no te conmueves de la manera más franca
cuando un pequeño inocente una mirada te arranca;
y acercándose curioso su mano extiende confiado
o con ojillos traviesos te inspecciona ensimismado.

Dime si no te sonríes cuando un infante te mira
y de improviso te ríe mientras sus brazos te estira
para prestarte confiado su más preciado juguete
o sin temores te abraza y a su querer te somete.

Dime si no te sorprendes cuando se sienta a tu lado
y te fulmina a preguntas en su lenguaje enredado;
o sin dudar te platica con aires de inteligente
de cuestiones que jamás asomaron por tu mente.


Dime quién puede impedir que cuando llegue el mañana
terminen contaminados por nuestra estirpe malsana;
y con el paso del tiempo su palpitante ternura
se les convierta en desecho de lanzar a la basura.

Dime quién puede evitar que se transformen en días
en unos seres neuróticos, presos de melancolías,
igual a tantos millones que nos hicimos adultos,
cargando animadversiones y sufrimientos ocultos.

¡Que cuando pasen los años y se conviertan en otros
no sean seres tan raros como lo somos nosotros!!

 
Dime quién puede evitar que se transformen en días
en unos seres neuróticos, presos de melancolías,
igual a tantos millones que nos hicimos adultos,
cargando animadversiones y sufrimientos ocultos.

Versos que nacen de la belleza de tu pluma mi querido Jorge. Besos con cariño.
 
Dime quién puede evitar que se transformen en días
en unos seres neuróticos, presos de melancolías,
igual a tantos millones que nos hicimos adultos,
cargando animadversiones y sufrimientos ocultos.

Versos que nacen de la belleza de tu pluma mi querido Jorge. Besos con cariño.

Muchas gracias por tus palabras Yaneth. Me he acostumbrado a encontrarte en mis letras, siempre con amables comentarios.

Un abrazo.
 

SANDRA BLANCO

Administradora - JURADO
Dime si no te conmueves de la manera más franca
cuando un pequeño inocente una mirada te arranca;
y acercándose curioso su mano extiende confiado
o con ojillos traviesos te inspecciona ensimismado.

Dime si no te sonríes cuando un infante te mira
y de improviso te ríe mientras sus brazos te estira
para prestarte confiado su más preciado juguete
o sin temores te abraza y a su querer te somete.

Dime si no te sorprendes cuando se sienta a tu lado
y te fulmina a preguntas en su lenguaje enredado;
o sin dudar te platica con aires de inteligente
de cuestiones que jamás asomaron por tu mente.


Dime quién puede impedir que cuando llegue el mañana
terminen contaminados por nuestra estirpe malsana;
y con el paso del tiempo su palpitante ternura
se les convierta en desecho de lanzar a la basura.

Dime quién puede evitar que se transformen en días
en unos seres neuróticos, presos de melancolías,
igual a tantos millones que nos hicimos adultos,
cargando animadversiones y sufrimientos ocultos.

¡Que cuando pasen los años y se conviertan en otros
no sean seres tan raros como lo somos nosotros!!


Es cierto Jorge quien pudiera mantener la inocencia en los niños para siempre,precioso poema que nos muestra una cruel realidad al pasar de los años,estupenda poesía,preciosos versos,un gusto leerte,gracias por compartir,un beso grande.
 
Muy bueno tu poema con versos hexadecasílabos.
El paso del tiempo nos va cambiando, está en nosotros que ese cambio
no sea para peor y tengamos la sabiduría de guardar ese niño siempre
dentro nuestro. Te dejo mis saludos.
 
Hermosos versos llenos de una realidad que nos abruma.
La capacidad de un niño de ver detalles que ni miramos,
de advertir quiénes lo quieren realmente y aceptarlos,
así tantas cosas se nos escapan en nuestra mirada vacía
de sorpresas.
¡Felicitaciones estimado amigo Jorge por tu obra!

Un abrazo y cinco estrellas.
 
Hermosos versos llenos de una realidad que nos abruma.
La capacidad de un niño de ver detalles que ni miramos,
de advertir quiénes lo quieren realmente y aceptarlos,
así tantas cosas se nos escapan en nuestra mirada vacía
de sorpresas.
¡Felicitaciones estimado amigo Jorge por tu obra!

Un abrazo y cinco estrellas.

Muchas gracias, Matilde. Parece que estás leyendo mis poemas de atrás; ello me complace mucho.

Los niños tienen unos dones especiales que los adultos perdimos al crecer(casi todos)...

Un abrazo.
 

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