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Despedida

Son las reglas del juego, caer y levantarse,
errar pero aprender de ello,
estar herido pero seguir el camino.
Sobre todo agradecer de estar vivo.
Pero… ¿Cómo se hace para caminar sin piernas?
¿Cómo sentirme existir si muero en vida?
¿Cómo andar este sendero si la herida no cierra?
¿Cómo levantarme si caigo en el abismo?
Algo me traspasó como un rayo
dejando tieso mi corazón
―debo pensar―, retumbó en mis oídos,
ecos profundos en mi alma dolida.
¿Qué hacer con los sueños de tocar el paraíso?
No quiero despertad a esta realidad
porque sabe a pesadilla, cruel y angustiosa.
Llueve, caen gotas en de la ventana
como llueve en mis adentros,
nostálgicas lágrimas me recorren en esta soledad.
Qué difícil es el adiós después de amar,
porque aún te quiero, loco y apasionado.
Lo que sembré en mi pecho no marchitará,
no sé si lo hice bien, solo sé que sentí
y que nunca olvidaré tu pasión.
Esta linda fantasía permanece en mí
como quedará tu dulce sonrisa,
no sé si ésta será una despedida,
si sé, que estarás siempre en mi vida.

Andresnor.
Todos los derechos de autor reservados.
 
Al momento de la despedida, muy sentida por cierto, la soledad llegará acuciosa.

La soledad y el olvido no son afines. Cuando el olvido llegue, la soledad se irá.... Al menos en muchísimos casos.

Me agradó mucho tu poema!

Un abrazo.
 
Última edición:

SANDRA BLANCO

Administradora - JURADO
Son las reglas del juego, caer y levantarse,
errar pero aprender de ello,
estar herido pero seguir el camino.
Sobre todo agradecer de estar vivo.
Pero… ¿Cómo se hace para caminar sin piernas?
¿Cómo sentirme existir si muero en vida?
¿Cómo andar este sendero si la herida no cierra?
¿Cómo levantarme si caigo en el abismo?
Algo me traspasó como un rayo
dejando tieso mi corazón
―debo pensar―, retumbó en mis oídos,
ecos profundos en mi alma dolida.
¿Qué hacer con los sueños de tocar el paraíso?
No quiero despertad a esta realidad
porque sabe a pesadilla, cruel y angustiosa.
Llueve, caen gotas en de la ventana
como llueve en mis adentros,
nostálgicas lágrimas me recorren en esta soledad.
Qué difícil es el adiós después de amar,
porque aún te quiero, loco y apasionado.
Lo que sembré en mi pecho no marchitará,
no sé si lo hice bien, solo sé que sentí
y que nunca olvidaré tu pasión.
Esta linda fantasía permanece en mí
como quedará tu dulce sonrisa,
no sé si ésta será una despedida,
si sé, que estarás siempre en mi vida.

Andresnor.
Todos los derechos de autor reservados.

Amores que nunca se olvidan y que dejan un gran dolor en el alma,precioso y sentido poema,un gusto leerte,gracias por compartir,un beso grande.


 

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