Carmen Cano
Miembro Conocido
Cansada de bailar al son de los movimientos orquestados que marcaba una mano llamada destino, decidió cortar los hilos y tomar las riendas de su vida, al hacerlo descubrió que era libre, que nadie gobernaba sus movimientos, se sintió ligera...
Tanto tiempo había pasado movida por esos hilos invisibles que sus movimientos eran algo lentos y toscos, pero despacio, con un bebé que aprende a andar, un paso detrás de otro, así comenzó su camino.
Se sintió perdida, débil y vulnerable al saberse dueña de sus actos, al saber que nunca podría achacar el error a aquella mano que había sido su guía y verdugo durante años, en ese momento fue consciente de que era la verdadera dueña de su vida y aunque aún no lo creía, decidió que lo único que quería hacer era soñar y si cuando cayera no había nadie que tirara de los hilos para ponerla en pie de nuevo, sería ella quien encontraría la forma de hacerlo.
Aquella triste e inocente marioneta había decidido dejar de ser un muñeco de cartón piedra para ser una mujer real, con sus grandezas y debilidades, con sus miedos... pero con la certeza de que si no hay unos hilos que te aten se puede volar aún sin levantar los pies del suelo.
Tanto tiempo había pasado movida por esos hilos invisibles que sus movimientos eran algo lentos y toscos, pero despacio, con un bebé que aprende a andar, un paso detrás de otro, así comenzó su camino.
Se sintió perdida, débil y vulnerable al saberse dueña de sus actos, al saber que nunca podría achacar el error a aquella mano que había sido su guía y verdugo durante años, en ese momento fue consciente de que era la verdadera dueña de su vida y aunque aún no lo creía, decidió que lo único que quería hacer era soñar y si cuando cayera no había nadie que tirara de los hilos para ponerla en pie de nuevo, sería ella quien encontraría la forma de hacerlo.
Aquella triste e inocente marioneta había decidido dejar de ser un muñeco de cartón piedra para ser una mujer real, con sus grandezas y debilidades, con sus miedos... pero con la certeza de que si no hay unos hilos que te aten se puede volar aún sin levantar los pies del suelo.
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