Donde la tierra es hueca
Con el vendaval de la razón
Marzo me fue llevando
a la patria de mi conciencia,
entre los brotes fulgurantes
de la hojarasca amarillenta,
me llena los bolsillos de agua
y dentro la llave que abre una puerta,
una escalera desciende
hacia las entrañas de la tierra,
allí la luz gime adusta
y pasa la noche en vela
para entrar al umbral del sueño
a sabiendas que la tierra es hueca.
Mi conciencia ahí perdura,
a la lucidez onírica transmuta,
mi pensamiento da muerte al minotauro,
de sus entrañas nacerá una idea
un colibrí fugaz y espantado
de la inestabilidad perpetua,
de mi depende si desaparecen sus huesos,
si se convierte en lluvia o en piedra,
porque aquí, donde la tierra es hueca,
me habré despojado de mi cuerpo
y mi conciencia subirá la escalera,
en busca de un refugio desnudo
se insertará en una mina de seda
y los siglos le harán catapultarse
en una plácida, milenaria condena.
Ya nuestra civilización se habrá extinto,
la humanidad ya acostumbrada,
a solo dos de sus múltiples oficios;
la Diosa madre bendecirá por igual
al que viene del mar y a la partera,
y si la cosecha resulta buena,
y en la sangre lleva lluvia el trigo,
mi conciencia en la noche abierta,
invitara al primer hacedor, campesino,
así como Yo hago ahora,
El soñara conmigo.
FLL
Con el vendaval de la razón
Marzo me fue llevando
a la patria de mi conciencia,
entre los brotes fulgurantes
de la hojarasca amarillenta,
me llena los bolsillos de agua
y dentro la llave que abre una puerta,
una escalera desciende
hacia las entrañas de la tierra,
allí la luz gime adusta
y pasa la noche en vela
para entrar al umbral del sueño
a sabiendas que la tierra es hueca.
Mi conciencia ahí perdura,
a la lucidez onírica transmuta,
mi pensamiento da muerte al minotauro,
de sus entrañas nacerá una idea
un colibrí fugaz y espantado
de la inestabilidad perpetua,
de mi depende si desaparecen sus huesos,
si se convierte en lluvia o en piedra,
porque aquí, donde la tierra es hueca,
me habré despojado de mi cuerpo
y mi conciencia subirá la escalera,
en busca de un refugio desnudo
se insertará en una mina de seda
y los siglos le harán catapultarse
en una plácida, milenaria condena.
Ya nuestra civilización se habrá extinto,
la humanidad ya acostumbrada,
a solo dos de sus múltiples oficios;
la Diosa madre bendecirá por igual
al que viene del mar y a la partera,
y si la cosecha resulta buena,
y en la sangre lleva lluvia el trigo,
mi conciencia en la noche abierta,
invitara al primer hacedor, campesino,
así como Yo hago ahora,
El soñara conmigo.
FLL