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El Adios

¡Adios mujer! se terminò el idilio
que daba vida a nuestros corazones,
y hoy voy de la mano con la melancolìa
y sobre mis hombros montada la tristeza.
Escribiendo este poema
he mojado mi pluma con mis làgrimas
y he mordido mis labios pecadores.
Mi corazòn se inunda con el llanto
ante el poder sublime de tu amor
que ahora nada ofrece...
¡Ah consuelo! llega a mì
para morir o vencer en mi agonìa
sin nadie que defienda mi esperanza.
¡Ah, el fuego del amor!
ya no prende su llama;
pero su afilada espada traspasa mi alma
rompiendo los dolores de mi amargo sufrir.
¡Adios mujer! no sientas pena,
quedò apagada mi fuente de inspiraciòn
y sentimientos,
y desierto està el jardìn de mi poesìa,
adormecida està mi pluma, el alma triste
sin la paz de tu dulzura.
Es preciso olvidar lo ya pasado
dejando a un lado el silencio
de ardientes fantasìas.
¡Adios mujer!...
Dèjame que te diga: ¡Muchas gracias!
por todas las ternuras y bondades
que me brindaste con tu dulce encanto
y recuèrdame en el silencio del olvido
cuando duermas el sueño de la ausencia.






25/02/2015
Ysidro Parra - Venezuela
Reservados Derechos de Autor.
 
¡Adios mujer! se terminò el idilio
que daba vida a nuestros corazones,
y hoy voy de la mano con la melancolìa
y sobre mis hombros montada la tristeza.
Escribiendo este poema
he mojado mi pluma con mis làgrimas
y he mordido mis labios pecadores.
Mi corazòn se inunda con el llanto
ante el poder sublime de tu amor
que ahora nada ofrece...
¡Ah consuelo! llega a mì
para morir o vencer en mi agonìa
sin nadie que defienda mi esperanza.
¡Ah, el fuego del amor!
ya no prende su llama;
pero su afilada espada traspasa mi alma
rompiendo los dolores de mi amargo sufrir.
¡Adios mujer! no sientas pena,
quedò apagada mi fuente de inspiraciòn
y sentimientos,
y desierto està el jardìn de mi poesìa,
adormecida està mi pluma, el alma triste
sin la paz de tu dulzura.
Es preciso olvidar lo ya pasado
dejando a un lado el silencio
de ardientes fantasìas.
¡Adios mujer!...
Dèjame que te diga: ¡Muchas gracias!
por todas las ternuras y bondades
que me brindaste con tu dulce encanto
y recuèrdame en el silencio del olvido
cuando duermas el sueño de la ausencia.






25/02/2015
Ysidro Parra - Venezuela
Reservados Derechos de Autor.

Admiro, plenamente, la energía desvocada que trasmite la ligereza de vuestros versos!
 

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