Víctor
Moderador de Poesía Jocosa
El alma está compuesta del éter infinito,
y Dios la reincorpora al cuerpo de quien nace,
y en ese cuerpo habita en donde se complace
mostrando las virtudes y el numen exquisito.
Está con la materia muy fuerte conjugada,
y juntos configuran la forma conocida
que tienen los humanos que pasan por la vida
cumpliendo la encomienda que tienen destinada.
Y si la muerte llega el alma se desprende,
quedando solamente sin vida la materia,
y el corazón se para, cesando cada arteria,
en tanto el alma toda su viaje luego emprende.
Al éter nuevamente se eleva y se incorpora,
y en esa contextura prosigue con su esencia;
por tanto aquel que llega al fin de su existencia
no muere, sólo cambia las luces de la aurora.
Por eso a los que sufren les causa un gran consuelo
saber que dichas almas perviven todavía
y siguen compartiendo con gusto cada día
la luz que con sus ojos les mandan desde el cielo.
.
y Dios la reincorpora al cuerpo de quien nace,
y en ese cuerpo habita en donde se complace
mostrando las virtudes y el numen exquisito.
Está con la materia muy fuerte conjugada,
y juntos configuran la forma conocida
que tienen los humanos que pasan por la vida
cumpliendo la encomienda que tienen destinada.
Y si la muerte llega el alma se desprende,
quedando solamente sin vida la materia,
y el corazón se para, cesando cada arteria,
en tanto el alma toda su viaje luego emprende.
Al éter nuevamente se eleva y se incorpora,
y en esa contextura prosigue con su esencia;
por tanto aquel que llega al fin de su existencia
no muere, sólo cambia las luces de la aurora.
Por eso a los que sufren les causa un gran consuelo
saber que dichas almas perviven todavía
y siguen compartiendo con gusto cada día
la luz que con sus ojos les mandan desde el cielo.
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