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El avaro

Qué bonito que es mi oro
qué brillo resplandeciente
qué manera de reírme
y de serme complaciente,
que nunca me ha traicionado
ni dejado de reír
por eso siempre le he tratado
como si se tratase de mí.
Por las noches yo le cuento
y lo vuelvo a contar
no sea que un hombre malo
me lo venga a robar.
Duermo con él a mi lado
sintiendo su calor,
yo le doy todos los mimos
él me lo devuelve con fervor.
Que bonito que es mi oro
pero le tengo que dejar
a veces salgo de casa
un momento nada más.
Lo dejo bien escondido
bajo siete cerraduras
a nadie digo el lugar
ni en confesión a los curas.
Rápido llego de vuelta
y lo vuelvo a sacar
¿llorasteis en mi ausencia?
tranquilos, llegó papá!.
Con paño de pura lana
otra vez brillo sacar
que estén guapos y relucientes
para mi vista agradar.
Cuando uno suelto
se me parte el corazón
aunque sé con acierto
que se multiplicará el picarón.
Escasa comida uso
porque eso es perder,
y prendas deshilachadas,
caro es lo de tejer.
Qué bonito que es mi oro
lo que he podido reunir
toda una vida de esfuerzo
todo lo tengo aquí.
No he querido mujer,
y muchas se han ofrecido
que se ponen a parir
y todo se va en zurcido,
que si leche para el niño
el pobre ya ha destetado,
que si algo de carne
está poco crecido,
zapatos a pares comprar
que casi no les duro,
los míos veinte años hace
que el zapatero acabó.
Y encima quieren tener letras
algo que nunca me gustó
que yo solo sé de números
y mi padre me enseño.
Pero lo más grave de todo
es que quieren calor
moneda en leña gastada
en la chimenea voló,
¡Que se froten las manos
como siempre hago yo!,
y con las monedas en la cama
notando su calor.
Por eso mejor solo
que pagar por compañía
que el que no muerde,araña,
y si no gasta con saña.
 
Última edición:

Cisne

Moderadora del Foro Impresionismo y Expresionismo,
Que bonito que es mi oro
que brillo resplandeciente
que manera de reírme
y de serme complaciente,
que nunca me hatraicionado
ni dejado de reír
por eso siempre le he tratado
como si se tratase de mi.
Por las noches yo le cuento
y lo vuelvo a contar
no sea que un hombre malo
me lo venga a robar.
Duermo con él a mi lado
sintiendo su calor,
yo le doy todos los mimos
él me lo devuelve con fervor.
Que bonito que es mi oro
pero le tengo que dejar
a veces salgo de casa
un momento nada más.
Lo dejo bien escondido
bajo siete cerraduras
a nadie digo el lugar
ni en confesión a los curas.
Rápido llego de vuelta
y lo vuelvo a sacar
¿llorasteis en mi ausencia?
tranquilos, llegó papa!.
Con paño de pura lana
otra vez brillo sacar
que estén guapos y relucientes
para mi vista agradar.
Cuando uno suelto
se me parte el corazón
aunque se con acierto
que se multiplicara el picaron.
Escasa comida uso
por que eso es perder,
y prendas deshilachadas,
caro es lo de tejer.
Que bonito que es mi oro
lo que he podido reunir
toda una vida de esfuerzo
todo lo tengo aquí.
No he querido mujer,
y muchas se han ofrecido
que se ponen a parir
y todo se va en zurcido,
que si leche para el niño
el pobre ya ha destetado,
que si algo de carne
está poco crecido,
zapatos a pares comprar
que casi no les duro,
los míos veinte años hace
que el zapatero acabo.
Y encima quieren tener letras
algo que nunca me gustó
que yo solo se de números
y mi padre me enseño.
Pero lo mas grave de todo
es que quieren calor
moneda en leña gastada
en la chimenea voló,
¡Que se froten las manos
como siempre hago yo!,
y con las monedas en la cama
notando su calor.
Por eso mejor solo
que pagar por compañía
que el que no muerde,araña,
y si no gasta con saña.

Javier
Pobre ser el avaro que cifra su dicha en el dinero.
Excelentes letras.
Aplausos y un abrazo.
Ana
 
Qué bonito que es mi oro
qué brillo resplandeciente
qué manera de reírme
y de serme complaciente,
que nunca me ha traicionado
ni dejado de reír
por eso siempre le he tratado
como si se tratase de mí.
Por las noches yo le cuento
y lo vuelvo a contar
no sea que un hombre malo
me lo venga a robar.
Duermo con él a mi lado
sintiendo su calor,
yo le doy todos los mimos
él me lo devuelve con fervor.
Que bonito que es mi oro
pero le tengo que dejar
a veces salgo de casa
un momento nada más.
Lo dejo bien escondido
bajo siete cerraduras
a nadie digo el lugar
ni en confesión a los curas.
Rápido llego de vuelta
y lo vuelvo a sacar
¿llorasteis en mi ausencia?
tranquilos, llegó papá!.
Con paño de pura lana
otra vez brillo sacar
que estén guapos y relucientes
para mi vista agradar.
Cuando uno suelto
se me parte el corazón
aunque sé con acierto
que se multiplicará el picarón.
Escasa comida uso
porque eso es perder,
y prendas deshilachadas,
caro es lo de tejer.
Qué bonito que es mi oro
lo que he podido reunir
toda una vida de esfuerzo
todo lo tengo aquí.
No he querido mujer,
y muchas se han ofrecido
que se ponen a parir
y todo se va en zurcido,
que si leche para el niño
el pobre ya ha destetado,
que si algo de carne
está poco crecido,
zapatos a pares comprar
que casi no les duro,
los míos veinte años hace
que el zapatero acabó.
Y encima quieren tener letras
algo que nunca me gustó
que yo solo sé de números
y mi padre me enseño.
Pero lo más grave de todo
es que quieren calor
moneda en leña gastada
en la chimenea voló,
¡Que se froten las manos
como siempre hago yo!,
y con las monedas en la cama
notando su calor.
Por eso mejor solo
que pagar por compañía
que el que no muerde,araña,
y si no gasta con saña.

Buen poema,pero de que sirve el oro si no te acompaña ni el moro,me gusto tu inspiración,un abrazo.
 

Raúl Lionel

Miembro Activo
El avaro debería comprender que lo único que se llevará de este mundo es lo que da a los demás...
Saludos, Javier.
Siempre un placer leerte.
 

SANDRA BLANCO

Administradora - JURADO
Qué bonito que es mi oro
qué brillo resplandeciente
qué manera de reírme
y de serme complaciente,
que nunca me ha traicionado
ni dejado de reír
por eso siempre le he tratado
como si se tratase de mí.
Por las noches yo le cuento
y lo vuelvo a contar
no sea que un hombre malo
me lo venga a robar.
Duermo con él a mi lado
sintiendo su calor,
yo le doy todos los mimos
él me lo devuelve con fervor.
Que bonito que es mi oro
pero le tengo que dejar
a veces salgo de casa
un momento nada más.
Lo dejo bien escondido
bajo siete cerraduras
a nadie digo el lugar
ni en confesión a los curas.
Rápido llego de vuelta
y lo vuelvo a sacar
¿llorasteis en mi ausencia?
tranquilos, llegó papá!.
Con paño de pura lana
otra vez brillo sacar
que estén guapos y relucientes
para mi vista agradar.
Cuando uno suelto
se me parte el corazón
aunque sé con acierto
que se multiplicará el picarón.
Escasa comida uso
porque eso es perder,
y prendas deshilachadas,
caro es lo de tejer.
Qué bonito que es mi oro
lo que he podido reunir
toda una vida de esfuerzo
todo lo tengo aquí.
No he querido mujer,
y muchas se han ofrecido
que se ponen a parir
y todo se va en zurcido,
que si leche para el niño
el pobre ya ha destetado,
que si algo de carne
está poco crecido,
zapatos a pares comprar
que casi no les duro,
los míos veinte años hace
que el zapatero acabó.
Y encima quieren tener letras
algo que nunca me gustó
que yo solo sé de números
y mi padre me enseño.
Pero lo más grave de todo
es que quieren calor
moneda en leña gastada
en la chimenea voló,
¡Que se froten las manos
como siempre hago yo!,
y con las monedas en la cama
notando su calor.
Por eso mejor solo
que pagar por compañía
que el que no muerde,araña,
y si no gasta con saña.


Javier que bonito poema y que triste la vida del avaro prohibiéndose de todo por el solo hecho de acumular riquezas que nunca llegan a disfrutar,excelente tu poema,gracias por compartir,un beso grande.
 

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