• Sabías que puedes registrarte o ingresar a tu cuenta directamente desde facebook con el botón de facebook en la parte superior de la página?

El gallina

Llegabas a la parada,
me crucé con tu mirada,
tú tomabas la partida,
y estaba yo de venida.

Tus maletas iban llenas
de ilusiones por docenas,
la mía estaba vacía,
ruinosa, vetusta y fría.

Me vieron tus dulces ojos
sin advertir mis despojos,
reíste con alegría
ansiando encontrar la mía.

Pronto vi que tu silueta
se me acercaba coqueta;
querías llegar a mí
y, entonces, me estremecí.

Confuso sobre la acera
busqué una puerta trasera,
por ella salí veloz
sin atender a tu voz.

Huí como una gallina
tomando un taxi en la esquina,
¡Cómo pensar en tal nena
si le llevo una treintena!

Dos semanas a su lado
y quedo desahuciado;
a estas horas de la vida
ya no aguanto tal corrida.

Mejor regreso a mi casa
a comer carne a la brasa,
con ella no me indigesto
ni se me alborota “esto”.
 
Llegabas a la parada,
me crucé con tu mirada,
tú tomabas la partida,
y estaba yo de venida.

Tus maletas iban llenas
de ilusiones por docenas,
la mía estaba vacía,
ruinosa, vetusta y fría.

Me vieron tus dulces ojos
sin advertir mis despojos,
reíste con alegría
ansiando encontrar la mía.

Pronto vi que tu silueta
se me acercaba coqueta;
querías llegar a mí
y, entonces, me estremecí.

Confuso sobre la acera
busqué una puerta trasera,
por ella salí veloz
sin atender a tu voz.

Huí como una gallina
tomando un taxi en la esquina,
¡Cómo pensar en tal nena
si le llevo una treintena!

Dos semanas a su lado
y quedo desahuciado;
a estas horas de la vida
ya no aguanto tal corrida.

Mejor regreso a mi casa
a comer carne a la brasa,
con ella no me indigesto
ni se me alborota “esto”.
JORGE

Jajajajaja

¡Qué canto más interesante del gallo!

Un fortísimo abrazo,

Guillermo.

 

SANDRA BLANCO

Administradora - JURADO
Llegabas a la parada,
me crucé con tu mirada,
tú tomabas la partida,
y estaba yo de venida.

Tus maletas iban llenas
de ilusiones por docenas,
la mía estaba vacía,
ruinosa, vetusta y fría.

Me vieron tus dulces ojos
sin advertir mis despojos,
reíste con alegría
ansiando encontrar la mía.

Pronto vi que tu silueta
se me acercaba coqueta;
querías llegar a mí
y, entonces, me estremecí.

Confuso sobre la acera
busqué una puerta trasera,
por ella salí veloz
sin atender a tu voz.

Huí como una gallina
tomando un taxi en la esquina,
¡Cómo pensar en tal nena
si le llevo una treintena!

Dos semanas a su lado
y quedo desahuciado;
a estas horas de la vida
ya no aguanto tal corrida.

Mejor regreso a mi casa
a comer carne a la brasa,
con ella no me indigesto
ni se me alborota “esto”.

Jajjajajajajjaja dicen que correr no es de cobardes sino ligereza en los pies jajjajajajjaja muy gracioso el poema si no se puede ,no se puede jajjajaj,un gusto leerte,gracias por compartir,un beso grande.
 

RADIO EN VIVO

Donar

Versos Compartidos en Facebook

Arriba