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El gato dijo al ratón...

El gato dijo al ratón:
- Ven para mí, compañero,
y verás cuánto te quiero.
Lo digo de corazón. -.
Cargadito de razón,
el ratón respondió al gato:
- Para pasar un buen rato
vamos a ver a mi amigo
el dóberman, que contigo
quiere firmar un buen trato. -.

El gato supo entender
y dijo: - Mejor mañana.
Hoy me ha llamado mi hermana,
que me invitaba a comer.
- ¿Pero no te invitó ayer? -,
preguntó el ratón riendo.
Y el gato, que estaba viendo
que se perdía el manjar,
sólo supo contestar:
- Y hoy también. Ya me estoy yendo. -.

De esta historia divertida
saquemos la moraleja:
No te juegues la pelleja,
que sólo hay una en la vida.
Vete a buscar la comida
trabajando, sin engaños,
pues pueden pasar los años
sin lograr hincar el diente.
Con lo cual, por consiguiente,
has de sufrir graves daños.

Si a tus prójimos intentas,
como aquel gato, engañar
siempre te podrá pasar
que no te cuadren las cuentas.
Y existen gentes violentas
que pueden darte con creces
las tortas que te mereces
si hiciste trampa en el juego.
Es por ello que te ruego
ser siempre honrado y no a veces.

Haz caso de mi consejo,
pues dicen que sabe más
hasta el mismo Satanás
mayormente por ser viejo.
No te juegues el pellejo,
insisto y te lo repito.
Y te lo doy por escrito
para informarte mejor.
Hazme caso, por favor,
que en eso soy erudito.

Diez años tras una barra
y cinco con los cupones
me han cargado de razones,
quizás por ser ya tan tarra.
No me des más la tabarra
ni quieras contarme un cuento,
porque yo me los invento
sin trabajo y, solamente,
sopesando con mi mente,
con la cual estoy contento.
 

José Luis Blázquez

JURADO - MODERADOR de los Foros de Poética Clásica
Delicioso poema, aleccionador como las "Fábulas" de Samaniego. Y, como de costumbre, con esa naturalidad que adorna todas tus composiciones.

Un abrazo.
 
El gato dijo al ratón:
- Ven para mí, compañero,
y verás cuánto te quiero.
Lo digo de corazón. -.
Cargadito de razón,
el ratón respondió al gato:
- Para pasar un buen rato
vamos a ver a mi amigo
el dóberman, que contigo
quiere firmar un buen trato. -.

El gato supo entender
y dijo: - Mejor mañana.
Hoy me ha llamado mi hermana,
que me invitaba a comer.
- ¿Pero no te invitó ayer? -,
preguntó el ratón riendo.
Y el gato, que estaba viendo
que se perdía el manjar,
sólo supo contestar:
- Y hoy también. Ya me estoy yendo. -.

De esta historia divertida
saquemos la moraleja:
No te juegues la pelleja,
que sólo hay una en la vida.
Vete a buscar la comida
trabajando, sin engaños,
pues pueden pasar los años
sin lograr hincar el diente.
Con lo cual, por consiguiente,
has de sufrir graves daños.

Si a tus prójimos intentas,
como aquel gato, engañar
siempre te podrá pasar
que no te cuadren las cuentas.
Y existen gentes violentas
que pueden darte con creces
las tortas que te mereces
si hiciste trampa en el juego.
Es por ello que te ruego
ser siempre honrado y no a veces.

Haz caso de mi consejo,
pues dicen que sabe más
hasta el mismo Satanás
mayormente por ser viejo.
No te juegues el pellejo,
insisto y te lo repito.
Y te lo doy por escrito
para informarte mejor.
Hazme caso, por favor,
que en eso soy erudito.

Diez años tras una barra
y cinco con los cupones
me han cargado de razones,
quizás por ser ya tan tarra.
No me des más la tabarra
ni quieras contarme un cuento,
porque yo me los invento
sin trabajo y, solamente,
sopesando con mi mente,
con la cual estoy contento.

Muy bueno Francisco. Me ha gustado este estilo utilizado para las fábulas, en la que, además, escribes estéticamente la enseñanza.

Un gusto leerte

Andi
 

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