Poeta Errante
Miembro Conocido
Por mi carácter recto y con ansias de justicia muchas veces me metió en líos.
Siempre fue mi filosofía “vivir y dejar vivir”, un buen día del año 2013 mi espíritu justiciero protegió a un niño en contra de las críticas de su familia de sangre. Pedían cárcel para el pobre crio.
Ante tantos “jueces” que jugaron aquel niño por un error que cometió, mi corazón se sublevó al ver tanto abuso de poder y comencé a poner “las cosas en su orden” enfrentándome contra una horda de adultos, si así los puedo llamar. Mi persona enfrentada con una familia numeroso, que no se distingue por tener moral ni ser ejemplo en sus comportamientos, simplemente unos buitres en busca de carroña donde comer, viciados por la vagancia y la falta de la cultura del trabajo.
Ese día me despreciaron y dieron su espalda a este cristiano. No me arrepiento de haber dado amor sin esperar alguna retribución, ni brindar mi compañía y consejo cuando lo necesitaron.
Alguna vez en mis caminos errantes un amigo me dijo “no esperes nada de nadie” parecía que fue una profecía lo que me aconsejó.
Una familia que quise y la perdí, por haber luchado por una causa justa, mas no me arrepiento de mi forma de proceder, prefiero la soledad antes que de compañía a estas “hienas”, que esperan verme morir festejando sobre mi cadáver. Solo espero que la justicia divina ajusticie con la vara del arrepentimiento, a quienes formaron una cofradía de pseudos moralistas.
La vida me enseño a no encariñarme con las personas, pues al fin terminan defraudándote.
Para terminar este relato, no me arrepiento por haber defendido al débil ante un grupo de cobardes. Por eso ahora simplemente soy “ el mal querido”.
Como moraleja de este relato que quedó una enseñanza… “no te cases con la familia de tu esposa….”
Siempre fue mi filosofía “vivir y dejar vivir”, un buen día del año 2013 mi espíritu justiciero protegió a un niño en contra de las críticas de su familia de sangre. Pedían cárcel para el pobre crio.
Ante tantos “jueces” que jugaron aquel niño por un error que cometió, mi corazón se sublevó al ver tanto abuso de poder y comencé a poner “las cosas en su orden” enfrentándome contra una horda de adultos, si así los puedo llamar. Mi persona enfrentada con una familia numeroso, que no se distingue por tener moral ni ser ejemplo en sus comportamientos, simplemente unos buitres en busca de carroña donde comer, viciados por la vagancia y la falta de la cultura del trabajo.
Ese día me despreciaron y dieron su espalda a este cristiano. No me arrepiento de haber dado amor sin esperar alguna retribución, ni brindar mi compañía y consejo cuando lo necesitaron.
Alguna vez en mis caminos errantes un amigo me dijo “no esperes nada de nadie” parecía que fue una profecía lo que me aconsejó.
Una familia que quise y la perdí, por haber luchado por una causa justa, mas no me arrepiento de mi forma de proceder, prefiero la soledad antes que de compañía a estas “hienas”, que esperan verme morir festejando sobre mi cadáver. Solo espero que la justicia divina ajusticie con la vara del arrepentimiento, a quienes formaron una cofradía de pseudos moralistas.
La vida me enseño a no encariñarme con las personas, pues al fin terminan defraudándote.
Para terminar este relato, no me arrepiento por haber defendido al débil ante un grupo de cobardes. Por eso ahora simplemente soy “ el mal querido”.
Como moraleja de este relato que quedó una enseñanza… “no te cases con la familia de tu esposa….”
