franjavsil
Miembro Conocido
[FONT="]- ¡Escúchame! Los niños son veletas que se mueven cuando sopla el viento. A veces, el viento es fantasía y los niños son niños desnudos de malicia, van sin prisas, alegres, poniendo música en la vida con sus risas; otras veces, el viento enloquece y los niños no hacen preguntas, barajan sus miedos y sus fantasmas nos van creciendo adentro como pozos de sombras. Es entonces cuando los niños terribles llenan la vida.[/FONT]
[FONT="]El niño triste miró al Caminante y le dijo:[/FONT]
[FONT="]- Hoy he conocido a los niños terribles.[/FONT]
[FONT="]El Caminante posó su mano sobre el hombro del niño triste.[/FONT]
[FONT="]- ¡Vamos! La vida de un hombre se despliega conforme a lo que tiene delante, tienes que seguir avanzando. Tomemos cualquier camino.[/FONT]
[FONT="]El niño triste comenzó a andar. Llegó a una calle que le resultaba conocida, se paró junto a una casa conocida y halló en su puerta un niño conocido. Sintió su alma tan cercana y tan distante de aquel niño. Lloraba.[/FONT]
[FONT="]- ¿Qué te ocurre? [/FONT]
[FONT="]- He perdido a mi madre.[/FONT]
[FONT="]El niño triste se sintió en aquel niño precipitado. Recordó como, un día lejano, la muerte sorprendió su vida y la de su madre. Recordó el dolor de su padre, con prisas, como queriendo cerrar una parte de sí ya perdida y abrir otra. Recordó a las viejas llorosas intentando consolarlo.[/FONT]
[FONT="]- Reza por tu madre. Estará en el cielo, mirándote, triste por lo que deja en la tierra. Reza...[/FONT]
[FONT="]El niño triste recordó que no lo hizo. Para qué, por qué tenía que rezar si ya estaba en el cielo. Recordó que en la casa, sumida en la oscuridad, los muros parecían estrecharse. Tuvo la sensación de que las paredes se cerraban sobre él. Y huyó...[/FONT]
[FONT="]Lamentó su alma al sentirse derrumbado en las lágrimas del niño. Su madre había muerto de nuevo. Pensó que lo haría muchas veces más. Tantas como pudiese encontrar un padre con prisas, viejas beatas y un niño llorando sin esperanzas.[/FONT]
[FONT="]El Caminante volvió a apoyar su mano sobre el hombro del niño triste. El mundo se le ofrecía cruel y su grotesca telaraña le iba envolviendo.[/FONT]
[FONT="]- Es necesario no asustarse. Este camino no conduce a ninguna parte, simplemente se borra, como todos los caminos que son andados en esta encrucijada que es la vida. Lo importante, lo necesario, es saber mirar hacia adelante.[/FONT]
[FONT="]Las luces del alba fueron estallando y el color azul desplegó sus velas en el cielo. El niño triste siguió caminando.[/FONT]
[FONT="]- Has conocido a la muerte. Ahora sabes que es un niño con cara triste, que llora, una niebla extraña que te llena los ojos, te arrincona, que es soledad, tan sólo, desde el momento que uno se siente abandonado.[/FONT]
[FONT="]Las ventanas del alba se abrían a la mañana. Inmóvil, en aquel camino le sorprendía la vida que hasta entonces había estado oculta. El mundo se iba llenando. Lo observó frente así, acercándose con todos sus detalles. Las voces tumultuosas se le aproximaron. La gente pasaba de largo, sin detenerse, encerrada en sus problemas, ajena a los demás, dando los pasos siempre de la misma manera.
(continuará)
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[FONT="]© Rasguños en el sueño[/FONT]
[FONT="]- [/FONT][FONT="]francisco javier silva[/FONT]
