isidro4755parra@gmail.com
Miembro Conocido
Un niño estaba llorando
mientras un lápiz reía,
el niño lo está buscando
y el lápiz se le escondía.
El lápiz se carcajeaba
con una voz estruendosa,
poco a poco se alegraba
de su burla presuntuosa.
Lo halló el niño panza arriba
con sus manos en la boca
y le preguntó: ¿Dónde iba?
con su carcajada loca.
Le dijo: te ríes de mí;
pero comentarte quiero
lo que de tí recibí
como mi pluma y tintero.
Me haces falta para hacer
una tarea escolar,
o para hacer florecer
árboles al dibujar.
Para las cuentas sacar,
para poder definir
y para poder borrar
si es negro mi porvenir.
El lápiz cuando oyó aquello
cesó del largo reír,
y diciéndole: -Qué bello-
le comenzó a referir.
Yo no me río de tí
ni de tu gran aflicción.
Me río de todas aquellas
cositas que vienen juntas
y que me dejan las huellas
del trágico sacapuntas.
o de la malvada hojilla
que me corta la madera,
con esa su hoja que brilla
sin piedad y sin espera.
O de aquel que yo recuerde
que me hiere con mi hermano,
que me parte, que me muerde
convirtiéndome en enano.
Es mi casa un maletín,
un cuaderno, hasta un bolsillo,
sirvo para un grande fin
otras para algo sencillo.
Mi blanda cabeza borra
las fallas y los errores,
úsenla y que los socorra
en los apuros menores.
Niño, has comprendido bien
las cosas por las que río;
porque a pesar de ser quien...
me dicen que desvarío.
01/07/2014
Ysidro Parra-Venezuela
Reservados Derechos de Autor.
mientras un lápiz reía,
el niño lo está buscando
y el lápiz se le escondía.
El lápiz se carcajeaba
con una voz estruendosa,
poco a poco se alegraba
de su burla presuntuosa.
Lo halló el niño panza arriba
con sus manos en la boca
y le preguntó: ¿Dónde iba?
con su carcajada loca.
Le dijo: te ríes de mí;
pero comentarte quiero
lo que de tí recibí
como mi pluma y tintero.
Me haces falta para hacer
una tarea escolar,
o para hacer florecer
árboles al dibujar.
Para las cuentas sacar,
para poder definir
y para poder borrar
si es negro mi porvenir.
El lápiz cuando oyó aquello
cesó del largo reír,
y diciéndole: -Qué bello-
le comenzó a referir.
Yo no me río de tí
ni de tu gran aflicción.
Me río de todas aquellas
cositas que vienen juntas
y que me dejan las huellas
del trágico sacapuntas.
o de la malvada hojilla
que me corta la madera,
con esa su hoja que brilla
sin piedad y sin espera.
O de aquel que yo recuerde
que me hiere con mi hermano,
que me parte, que me muerde
convirtiéndome en enano.
Es mi casa un maletín,
un cuaderno, hasta un bolsillo,
sirvo para un grande fin
otras para algo sencillo.
Mi blanda cabeza borra
las fallas y los errores,
úsenla y que los socorra
en los apuros menores.
Niño, has comprendido bien
las cosas por las que río;
porque a pesar de ser quien...
me dicen que desvarío.
01/07/2014
Ysidro Parra-Venezuela
Reservados Derechos de Autor.