DR Jose Roberto Hernandez
Miembro Conocido
El refugio de las sombras
Las sombras primeras no son las casuales, sino las imprescindibles,
el aroma de un lecho ahuyentado del sol, escondido entre columnas de una niñez desprovista de techos y bermudas, armada de pocos y suficientes versos para decir...de suficientes lagrimas para sentir.
Las sombras primeras, no son las casuales, sino las imprescindibles, suelen ser necesarias en cada Julio y caducan en otoño, adolecen de pieles en el dorso, cada vez que Los Andes avalanchan mil ternu
Las primeras sombras no son las casuales, sino las imprescindibles, las que no escribieron el poema que tocaba esta tarde, cuando me besabas en el rostro, ni un perdón, ni palabra alguna en ese sueño que acostumbro en las noches que ya no estas
Las sombras no son las casuales, sino las imprescindibles, las que abemolan el impulso endógeno de tu engendro, las que guardas en un papel desde tu niñez, hasta que decidiste pintar tu libertad en senos sobre tu lienzo
Las sombras, las sombras no son las casuales, la que habita de milagro es la vida; yo ...yo suelo esconderme en tu sombra, hasta el día que me llegue la sombra eterna de los ataúdes
Vampi
Las sombras primeras no son las casuales, sino las imprescindibles,
el aroma de un lecho ahuyentado del sol, escondido entre columnas de una niñez desprovista de techos y bermudas, armada de pocos y suficientes versos para decir...de suficientes lagrimas para sentir.
Las sombras primeras, no son las casuales, sino las imprescindibles, suelen ser necesarias en cada Julio y caducan en otoño, adolecen de pieles en el dorso, cada vez que Los Andes avalanchan mil ternu
Las primeras sombras no son las casuales, sino las imprescindibles, las que no escribieron el poema que tocaba esta tarde, cuando me besabas en el rostro, ni un perdón, ni palabra alguna en ese sueño que acostumbro en las noches que ya no estas
Las sombras no son las casuales, sino las imprescindibles, las que abemolan el impulso endógeno de tu engendro, las que guardas en un papel desde tu niñez, hasta que decidiste pintar tu libertad en senos sobre tu lienzo
Las sombras, las sombras no son las casuales, la que habita de milagro es la vida; yo ...yo suelo esconderme en tu sombra, hasta el día que me llegue la sombra eterna de los ataúdes
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