isidro4755parra@gmail.com
Miembro Conocido
Dibujè un grito...
que estremeciò tu ardiente cuerpo
ante la desgarradora herida del amor.
El silencio de la sangre
era una sombra con las alas abiertas
volando al encuentro de la noche,
y tù, una dòcil hembra,
arrancabas quejidos al viento
y con tu fresco aliento
despertabas las flores del camino.
Gotas de alivio llegaron a ti,
era mi amor, que como una golondrina
querìa posarse en las faldas de tu corazòn.
¡Oh Dios! que no se interrumpa
el movimiento de mis manos
en la bùsqueda de su cuerpo,
ya que solo el amor
estremece los Cielos y la Tierra
cuando acaricio tus pesadillas
mientras atrapo en tus ojos
gotas de lluvia, y siembro lo prohibido
en el ruido de tus sueños
donde comienzo a oir la ciega voz del amor.
04/09/2015
Ysidro Parra - Venezuela
Reservados Derechos de Autor.
que estremeciò tu ardiente cuerpo
ante la desgarradora herida del amor.
El silencio de la sangre
era una sombra con las alas abiertas
volando al encuentro de la noche,
y tù, una dòcil hembra,
arrancabas quejidos al viento
y con tu fresco aliento
despertabas las flores del camino.
Gotas de alivio llegaron a ti,
era mi amor, que como una golondrina
querìa posarse en las faldas de tu corazòn.
¡Oh Dios! que no se interrumpa
el movimiento de mis manos
en la bùsqueda de su cuerpo,
ya que solo el amor
estremece los Cielos y la Tierra
cuando acaricio tus pesadillas
mientras atrapo en tus ojos
gotas de lluvia, y siembro lo prohibido
en el ruido de tus sueños
donde comienzo a oir la ciega voz del amor.
04/09/2015
Ysidro Parra - Venezuela
Reservados Derechos de Autor.