Poeta Errante
Miembro Conocido
Roberto llevaba una hora conversando con Paula, el dialogo comenzó de una forma casual y lentamente fue llenándose de indirectas de contenido puramente sexual, entre risas y miradas, ella le propuso tomar una botella de champan, él dijo que invitaba. Las burbujas iban y venían en sus copas y a Paula le hicieron más efecto que a Roberto. Comenzó a sentir un calor en su parte baja del vientre, se sentía literalmente como un volcán a punto de estallar sin ningún tipo de inhibición.
-Voy a ir a toilette-le dijo Roberto y se dirigió al baño del avión.
El hombre entro, se miró si estaba peinado y en ese momento…la puerta se abrió pues él no le había puesto la traba. Era Paula.
-¿Qué haces acá?- le dijo el, sorprendido.
-shhhhhh –le dijo ella posando su dedo índice en sus labios para que se callara.
La mujer se arrodillo y busco la parte baja del cuerpo de Roberto, segundos después, él comenzó a gemir, ella le dijo que no hiciera ruido. La cadencia de su boca se iba incrementando y el sentía que en cualquier momento iba a tocar el cielo.
-Ahora te toca a vos le dijo Paula- se levantó la pollera, no traía ropa interior y se sentó en la mueble que tiene la pileta para lavarse las manos. Su pubis esta completamente afeitado.
El se agacho como lo había hecho antes ella, y comenzó a jugar con su lengua sobre la zona del pubis de Paula, ella se había agarrado de los hombros de él y con cada movimiento de lengua más apretaba los hombros del muchacho, su respiración era muy agitada, hasta que sintió un fuego que le quemaba , llegando a desfallecer de placer.
Salieron de baño del avión tratando de mantener la compostura. Ella tenía una sonrisa pícara y el cara de haber sido complacido también. Se sentaron en sus respectivos lugares. Faltaba media hora para llegar a Rio de Janeiro.
-Bueno, supongo que en un rato no separamos- le dijo el
-lamentablemente sí, tengo que estar en Nueva York si o si, pero te dejo mi tarjeta, allí también está mi email, tal vez podíamos encontrarnos cuando vuelva de la reunión de trabajo- le dijo con una sonrisa de diabla.
-Por supuesto, no sabía que no usabas ropa interior- le dijo el con una sonrisa socarrona
-jajaja, bueno me siento incomoda con una braga- le dijo ella guiñándole el ojo acompañando con una sonrisa.
Antes de bajar del avión se despidieron con un breve beso en los labios, reafirmando que no había compromiso amoroso entre ellos.
Roberto salió del aeropuerto y tomo un taxi. Le indicó que lo llevará al hotel que había contratado con la agencia de turismo. El mismo se llamaba “Encanto Carioca”, era un hotel de tres estrellas regenteado por sus dueños, de carácter humilde y con pocas comodidades, pero a él no le importaba eso solo quería descansar.
Mientras iba en el taxi miraba por la ventanilla el paisaje de la ciudad. Gente por todos lados, noto qe era una cuidad alegre que respiraba samba y sensualidad. Miró a las mujeres que iban a la playa en bikini, eso le abrió nuevamente el apetito sexual, pero primero quería calmar su hambre con un sándwich y una rica cerveza brasilera, bien fría. Hacía mucho calor y su cuerpo comenzó a sudar.
Cuando llegó al hotel lo recibió la recepcionista que era la hija del dueño. Una garota muy bonita de piel caoba y ojos verdes. Acostumbra a tratar con turistas dominada el español.
-Bueno, aquí tiene las llaves de su habitación, si necesita algo, no dude en llamarme- le dijo
No lo voy a dudar, se dijo para sí.
Roberto asintió con una leve sonrisa.
Una vez en la habitación, se desvistió y se dio una ducha. Todavía tenía el olor a sexo en su cuerpo después del encuentro en el baño con Paula, eso lo hiso excitar, el solo recordar…
Se enjabono todo su cuerpo parte por parte, recorriendo cada musculo de su humanidad, tendría que buscar un gimnasio para no perder su rutina. Salió de la ducha y conecto su notebook, buscó en internet un lugar donde ir a tomar un trago y comer algo por la noche. Buscaba un sitio que tuviera música y compañía…continuará…
-Voy a ir a toilette-le dijo Roberto y se dirigió al baño del avión.
El hombre entro, se miró si estaba peinado y en ese momento…la puerta se abrió pues él no le había puesto la traba. Era Paula.
-¿Qué haces acá?- le dijo el, sorprendido.
-shhhhhh –le dijo ella posando su dedo índice en sus labios para que se callara.
La mujer se arrodillo y busco la parte baja del cuerpo de Roberto, segundos después, él comenzó a gemir, ella le dijo que no hiciera ruido. La cadencia de su boca se iba incrementando y el sentía que en cualquier momento iba a tocar el cielo.
-Ahora te toca a vos le dijo Paula- se levantó la pollera, no traía ropa interior y se sentó en la mueble que tiene la pileta para lavarse las manos. Su pubis esta completamente afeitado.
El se agacho como lo había hecho antes ella, y comenzó a jugar con su lengua sobre la zona del pubis de Paula, ella se había agarrado de los hombros de él y con cada movimiento de lengua más apretaba los hombros del muchacho, su respiración era muy agitada, hasta que sintió un fuego que le quemaba , llegando a desfallecer de placer.
Salieron de baño del avión tratando de mantener la compostura. Ella tenía una sonrisa pícara y el cara de haber sido complacido también. Se sentaron en sus respectivos lugares. Faltaba media hora para llegar a Rio de Janeiro.
-Bueno, supongo que en un rato no separamos- le dijo el
-lamentablemente sí, tengo que estar en Nueva York si o si, pero te dejo mi tarjeta, allí también está mi email, tal vez podíamos encontrarnos cuando vuelva de la reunión de trabajo- le dijo con una sonrisa de diabla.
-Por supuesto, no sabía que no usabas ropa interior- le dijo el con una sonrisa socarrona
-jajaja, bueno me siento incomoda con una braga- le dijo ella guiñándole el ojo acompañando con una sonrisa.
Antes de bajar del avión se despidieron con un breve beso en los labios, reafirmando que no había compromiso amoroso entre ellos.
Roberto salió del aeropuerto y tomo un taxi. Le indicó que lo llevará al hotel que había contratado con la agencia de turismo. El mismo se llamaba “Encanto Carioca”, era un hotel de tres estrellas regenteado por sus dueños, de carácter humilde y con pocas comodidades, pero a él no le importaba eso solo quería descansar.
Mientras iba en el taxi miraba por la ventanilla el paisaje de la ciudad. Gente por todos lados, noto qe era una cuidad alegre que respiraba samba y sensualidad. Miró a las mujeres que iban a la playa en bikini, eso le abrió nuevamente el apetito sexual, pero primero quería calmar su hambre con un sándwich y una rica cerveza brasilera, bien fría. Hacía mucho calor y su cuerpo comenzó a sudar.
Cuando llegó al hotel lo recibió la recepcionista que era la hija del dueño. Una garota muy bonita de piel caoba y ojos verdes. Acostumbra a tratar con turistas dominada el español.
-Bueno, aquí tiene las llaves de su habitación, si necesita algo, no dude en llamarme- le dijo
No lo voy a dudar, se dijo para sí.
Roberto asintió con una leve sonrisa.
Una vez en la habitación, se desvistió y se dio una ducha. Todavía tenía el olor a sexo en su cuerpo después del encuentro en el baño con Paula, eso lo hiso excitar, el solo recordar…
Se enjabono todo su cuerpo parte por parte, recorriendo cada musculo de su humanidad, tendría que buscar un gimnasio para no perder su rutina. Salió de la ducha y conecto su notebook, buscó en internet un lugar donde ir a tomar un trago y comer algo por la noche. Buscaba un sitio que tuviera música y compañía…continuará…
