• Sabías que puedes registrarte o ingresar a tu cuenta directamente desde facebook con el botón de facebook en la parte superior de la página?

El Soltero

EL SOLTERO (PARTE UNO)
Decidió viajar. Era soltero sin compromisos, solo compañías de ocasión cuando su cuerpo deseaba una dama a su lado. Era un tipo que se podría decir según sus amigas, bello, “fachero”, un potro…
Busco en internet un destino que lo convenciera, eran sus primeras vacaciones solo, sin ninguna compañía más que el deseo de la aventura, quería conocer un sitio donde descansar, surfear y tomar sol. Tal vez si el destino estuviera a su favor buscar el calor de una mujer.
Eligió como destino, Brasil, le había gustado la promoción de all inclusive. Se preparó su valija adosando un par de cajas de preservativos por si acaso. Como una golondrina libre tomó el vuelo a Rio de Janeiro, de las ocho de la mañana. Se imaginaba las playas donde descansar su mente, nadar un poco en el mar para mantener su figura fibrosa y tomando una caipiriña.
Se prometió no enamorase pues nunca lo hacía. Las mujeres que pasaron en su joven vida fueron aventuras pasajeras a su antojo con el tiempo de vencimiento de la relación.

Una vez en el avión que lo llevaría a Brasil, se sentó en su butaca y espero que el avión despegue. A su lado se ubicó una mujer que unos 40 años, el recién había cumplido sus 30. La dama en cuestión se la veía mu arreglada, con una pollera por encima de la rodilla y un saco que le marcaba la cintura, tenía bajo el mismo un escote generoso en el que se lograba ver una partecita de su soutien calado color negro, bajo la pollera no tenía braga, según ella se sentía libre así. El pelo era largo de color negro azabache con algunas ondas. Se llamaba Paula y estaba divorciada hace seis meses.
-¡Estos aviones que se retrasan!- le dijo ella a modo de comenzar una conversación
-viajo muy poco, en realidad no tengo apuro, estoy de vacaciones-le dijo el con una sonrisa
-yo tengo que llegar a Nueva York, allí me espera el gerente general de la empresa que yo dirijo aquí.
-Ah sos ejecutiva-le dijo el
-Sí, me llamo Paula- y le ofreció la mano
-encantado –le dijo el mientras tomaba su mano- yo soy Roberto.
Ambos no se soltaban la mano parecía que él no quería sacar su mano y ella tampoco deseaba que el la sacara. Se miraron intensamente, ella con la abstinencia sexual de una semana, pues desde que se divorció su apetito sexual se elevó y el como siempre buscaba una aventura, se podía ver el fuego de la lujuria en ella y la excitación…. Continuará… Poeta Errante (Gerardo)
 
Última edición:

RADIO EN VIVO

Donar

Versos Compartidos en Facebook

Arriba