Enrique Dintrans alarcón
Miembro Conocido
EN EL ÚLTIMO TRINO
¿Debería la brisa detener
el canto del canario,
para así encontrar tus ojos grandes
hurgueteando mi melancolía?
¡Ah, cómo me alegra
descansar mis pupilas en el brillo de tus ojos
y despertar gozoso
en el canto de los pájaros!
Hoy vuelo en la extraña melodía
de las horas grises
y tus alas me acompañan.
¡Oh, noche que cubres mi agonía,
arpegio de estrellas
¿Dónde, dime, noche
los ojos regresaron de aquel viaje?
Brisa, ¡tan callada es tu presencia,
tan frágil el cirio en su agonía,
que la última hoja calla moribunda
en un bendito trino!
Ella cae más allá de la sombra
y tus ojos la siguen
despertando el color de la pradera.
E.D.A
¿Debería la brisa detener
el canto del canario,
para así encontrar tus ojos grandes
hurgueteando mi melancolía?
¡Ah, cómo me alegra
descansar mis pupilas en el brillo de tus ojos
y despertar gozoso
en el canto de los pájaros!
Hoy vuelo en la extraña melodía
de las horas grises
y tus alas me acompañan.
¡Oh, noche que cubres mi agonía,
arpegio de estrellas
¿Dónde, dime, noche
los ojos regresaron de aquel viaje?
Brisa, ¡tan callada es tu presencia,
tan frágil el cirio en su agonía,
que la última hoja calla moribunda
en un bendito trino!
Ella cae más allá de la sombra
y tus ojos la siguen
despertando el color de la pradera.
E.D.A
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