LUZDENERO
Nuevo Miembro
Incólume se airea mi alma
desnuda de la saya que la abrigo un quinquenio
apenas si se avistan algunas cicatrices
con una que otra lágrima en su surco,
fisuras que taja obstinada espina
que aún se porfía diligente.
Ambigua y triste se percibe la distancia
después de apresurar sus pasos en la huída
abandonando entrañables besos
que dormitaban confiados
bajo techo de sonrisas desplegadas
y aquella oración que ceñía tu frente.
Ahora la nada juega con los dedos
en la preñez que deja los silencios liberados,
la boca huele a sándalos
exorcizando la palabra
y todos los recodos que inscribieron signos,
virtual poema de mi voz
en tus manos.
Desandan tus latidos
agobiados por la ausencia
de los azahares de mis huertos
que adornaban tu mesa,