angela rodriguez
Miembro Conocido
Un gemido irrumpió de golpe el eterno silencio de la madrugada
en medio de la oscuridad y la nada se ciñó tu cuerpo a mi piel
Y de forma casi perfecta calzaba.
El sudor entre tus manos humedeció sin más remedio las sabanas
y quiso escaparse un beso del alma
que por fortuna fue a parar a mi espalda.
Nos sorprendió la luz del alba sin poder separarnos
y sin tener en la piel absolutamente nada
se pintó el sol y abrió la mañana.
A hurtadillas cerré la cortina y la ventana
no estaba dispuesta a dejar la madrugada iniciada
se hacía tarde en el reloj pero no me importaba.
Sentada sobre tus piernas
entre tus brazos excitada
podría haberse acabado la vida pero a mí no me importaba.
A N G E L A
en medio de la oscuridad y la nada se ciñó tu cuerpo a mi piel
Y de forma casi perfecta calzaba.
El sudor entre tus manos humedeció sin más remedio las sabanas
y quiso escaparse un beso del alma
que por fortuna fue a parar a mi espalda.
Nos sorprendió la luz del alba sin poder separarnos
y sin tener en la piel absolutamente nada
se pintó el sol y abrió la mañana.
A hurtadillas cerré la cortina y la ventana
no estaba dispuesta a dejar la madrugada iniciada
se hacía tarde en el reloj pero no me importaba.
Sentada sobre tus piernas
entre tus brazos excitada
podría haberse acabado la vida pero a mí no me importaba.
A N G E L A