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Entre las Sombras




ENTRE SOMBRAS

Y el viento se tornó gris...
Y la brisa ahullaba
en la noche oscura
ahogando el silencio
en su despertar,
vertiendo lágrimas rotas
que maldicen su ventura.

Y el tiempo me hizo sufrir...
Sus manecillas volaban
enfriando la figura
que en sueños presencio
muriendo al despertar,
negando la luz que brota
y me hunde en su atadura.

Y, por pensar de esta manera...
de muerte me cubrís?
Qué os hice yo,
que tanto me hacéis sufrir?
Atais mis manos al fuego;
vendais mis ojos con tules
que desbordan los arroyos
que bendicen mi consuelo,
y que callan, y susurran...
y mueren en sí recorriendo
caminos polvorientos,
encendiendo cada vela
de esta angustia exagerada.

Y el infierno se apoderó de mí...
Sus llamas se quiebran
entre quejidos de locura
que infatigables hieren mi pecho
ensangrentado al despertar,
mientras el alma, dormida, se agota
y duerme ceñida a su tortura.

Y los cielos se me cerraron al subir...
y sus velos blanquecinos
se armaron de desventura
golpeando la soledad en silencio...
y quebrando las alas de mi altar;
templarios que agitan mi derrota,
fustigando la paz de mi sepultura.

Y, por amaros de esta manera...
de odio me llenáis?
Qué mal os hice yo,
para no permitirme vivir?
El batir de vuestras alas
rompe en el monte la sombra
que mi claridad enluta
enjugada entre sus lágrimas...
Entre quejidos de aires tamplados
que armonizan en su desconsuelo
el consuelo de vientos buscados.
Y, al sentir la muerte cercana,
no me dejareis morir?

Moriré, tarde o temprano...
pero vos... Vos no estaréis ahí.
¡Me estaréis esperando!

Elias Nuñez
2013
 

Adjuntos

Última edición:

Cisne

Moderadora del Foro Impresionismo y Expresionismo,



ENTRE SOMBRAS

Y el viento se tornó gris...
Y la brisa ahullaba
en la noche oscura
ahogando el silencio
en su despertar,
vertiendo lágrimas rotas
que maldicen su ventura.

Y el tiempo me hizo sufrir...
Sus manecillas volaban
enfriando la figura
que en sueños presencio
muriendo al despertar,
negando la luz que brota
y me hunde en su atadura.

Y, por pensar de esta manera...
de muerte me cubrís?
Qué os hice yo,
que tanto me hacéis sufrir?
Atais mis manos al fuego;
vendais mis ojos con tules
que desbordan los arroyos
que bendicen mi consuelo,
y que callan, y susurran...
y mueren en sí recorriendo
caminos polvorientos,
encendiendo cada vela
de esta angustia exagerada.

Y el infierno se apoderó de mí...
Sus llamas se quiebran
entre quejidos de locura
que infatigables hieren mi pecho
ensangrentado al despertar,
mientras el alma, dormida, se agota
y duerme ceñida a su tortura.

Y los cielos se me cerraron al subir...
y sus velos blanquecinos
se armaron de desventura
golpeando la soledad en silencio...
y quebrando las alas de mi altar;
templarios que agitan mi derrota,
fustigando la paz de mi sepultura.

Y, por amaros de esta manera...
de odio me llenáis?
Qué mal os hice yo,
para no permitirme vivir?
El batir de vuestras alas
rompe en el monte la sombra
que mi claridad enluta
enjugada entre sus lágrimas...
Entre quejidos de aires tamplados
que armonizan en su desconsuelo
el consuelo de vientos buscados.
Y, al sentir la muerte cercana,
no me dejareis morir?

Moriré, tarde o temprano...
pero vos... Vos no estaréis ahí.
¡Me estaréis esperando!

Elias Nuñez
2013
Elias
Esta sentida poesía me conmueve al leerla, tal vez me equivoco pero es como un valle de sombras
en el que está sumergido el ser, un espacio que no nos abandona y que nos torna gris la vida...
Me ha gustado encontrarme con tu hermosa y sensible poesía.
Un abrazo cálido.
Ana
 
Elias
Esta sentida poesía me conmueve al leerla, tal vez me equivoco pero es como un valle de sombras
en el que está sumergido el ser, un espacio que no nos abandona y que nos torna gris la vida...
Me ha gustado encontrarme con tu hermosa y sensible poesía.
Un abrazo cálido.
Ana
Ana, entendiste bien el mensaje.
La vida, a veces, se torna contraria a los deseos de uno. Uno quiere y no puede por que otro no corresponde al conceder lo que ambos buscaron en su día.
Uno ofrece y el otro reniega; uno concede y el otro te quita... Vivir y dejar vivir, y no todo lo contrario.
La vida es fácil cuando fácil la hacemos; la vida no es vida, cuando la vida te niegan.
Gracias por pasar.
Fuerte abrazo para ti.
 
Los deseos de uno y los derroteros de la vida no tiene que ir necesariamente de la mano.
Un profundo poema, gran trabajo Elias.
Un abrazo
Javier, estoy de acuerdo contigo. No podemos esperar caminar por los senderos deseados. A veces, es cierto, la vida nos marca el camino y hemos de cambiar de ruta.
Pero sobre algo hay que escribir, y este me pareció un buen tema.
No todo es luz, perfección y belleza. A veces, de entre las sombras, surgen destellos con los que hemos de convivir.
Gracias por pasar.
Saludos, y fuerte abrazo.
 
tremendo tema Elias, tus versos dolorosos oscurecen el alma, un gusto leerte, besos
Gracias por tus palabras Alejandra.
A veces la poesía es dolorosa porque dolorosos fueron los momentos de su concepción. La vida nos lleva por lugares no aptos a veces, y la razón intenta imponerse al azar, o a las vicisitudes de esta vida caprichosa, o a las imposiciones que nosotros mismos nos ponemos, enfrentandonos incluso a nosotros mismos.
Gracias por pasar. Fue un placer.
Beso, y fuerte abrazo.
 
Un profundo poema con doble sentido la cercanía infalible de la muerte y la tristeza de un alma en llamas que sabe de su destino. Bellisimas letras Elias en verdad que atrapa el modo en como están plasmadas y su contenido. Felicitaciones y saludos poeta
 

SANDRA BLANCO

Administradora - JURADO



ENTRE SOMBRAS

Y el viento se tornó gris...
Y la brisa ahullaba
en la noche oscura
ahogando el silencio
en su despertar,
vertiendo lágrimas rotas
que maldicen su ventura.

Y el tiempo me hizo sufrir...
Sus manecillas volaban
enfriando la figura
que en sueños presencio
muriendo al despertar,
negando la luz que brota
y me hunde en su atadura.

Y, por pensar de esta manera...
de muerte me cubrís?
Qué os hice yo,
que tanto me hacéis sufrir?
Atais mis manos al fuego;
vendais mis ojos con tules
que desbordan los arroyos
que bendicen mi consuelo,
y que callan, y susurran...
y mueren en sí recorriendo
caminos polvorientos,
encendiendo cada vela
de esta angustia exagerada.

Y el infierno se apoderó de mí...
Sus llamas se quiebran
entre quejidos de locura
que infatigables hieren mi pecho
ensangrentado al despertar,
mientras el alma, dormida, se agota
y duerme ceñida a su tortura.

Y los cielos se me cerraron al subir...
y sus velos blanquecinos
se armaron de desventura
golpeando la soledad en silencio...
y quebrando las alas de mi altar;
templarios que agitan mi derrota,
fustigando la paz de mi sepultura.

Y, por amaros de esta manera...
de odio me llenáis?
Qué mal os hice yo,
para no permitirme vivir?
El batir de vuestras alas
rompe en el monte la sombra
que mi claridad enluta
enjugada entre sus lágrimas...
Entre quejidos de aires tamplados
que armonizan en su desconsuelo
el consuelo de vientos buscados.
Y, al sentir la muerte cercana,
no me dejareis morir?

Moriré, tarde o temprano...
pero vos... Vos no estaréis ahí.
¡Me estaréis esperando!

Elias Nuñez
2013

Versos muy sentidos Elias en donde el alma se va introduciendo en un gris paisaje de sombras,en donde los sentidos se sienten embargados de dolor,soledad y melancolía ,en donde se aprecia el dolor del hombre en esta vida.
Un poema bellamente escrito y muy bien hilvanado que trasmite sorprendentemente bien un gran sentir,gracias por compartir,un beso grande.
 

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