María del Mar Ponce López
Moderadora de Prosas Compartiendo Tristezas
Esclavos de la ausencia (octavas reales)
He vuelto a recorrer aquel camino
que me lleva al embrujo de tu esencia.
Un perfume fugaz y clandestino,
y me quema la piel sin tu presencia.
Yo te quise, mas fue nuestro destino
ser esclavos perennes de la ausencia.
Luché cual vagabundo sin sendero
solo para decirte que te quiero.
En vano navegué contra corriente,
en vano, como sol tras las montañas,
como viento de invierno que silente
nos congela, nos hiela las entrañas.
Y me siento perdida entre la gente,
y mi mente presiente que me engañas.
Hoy recuerdo que fui cual espejismo
dentro de las mentiras de tu abismo.
Pero no lloraré mi desventura
pues me queda vagar por ese trecho
que me eleva al final de la locura.
Una rosa clavada sobre el pecho
es puñal que nos daña y nos tortura
y faltan mariposas en mi lecho.
Me duele el corazón de tal manera
que casi no me importa si muriera...
María del Mar Ponce López
Reservados derechos de autor
He vuelto a recorrer aquel camino
que me lleva al embrujo de tu esencia.
Un perfume fugaz y clandestino,
y me quema la piel sin tu presencia.
Yo te quise, mas fue nuestro destino
ser esclavos perennes de la ausencia.
Luché cual vagabundo sin sendero
solo para decirte que te quiero.
En vano navegué contra corriente,
en vano, como sol tras las montañas,
como viento de invierno que silente
nos congela, nos hiela las entrañas.
Y me siento perdida entre la gente,
y mi mente presiente que me engañas.
Hoy recuerdo que fui cual espejismo
dentro de las mentiras de tu abismo.
Pero no lloraré mi desventura
pues me queda vagar por ese trecho
que me eleva al final de la locura.
Una rosa clavada sobre el pecho
es puñal que nos daña y nos tortura
y faltan mariposas en mi lecho.
Me duele el corazón de tal manera
que casi no me importa si muriera...
María del Mar Ponce López
Reservados derechos de autor