Sonia Moreno Soto
Miembro Conocido
Aún recuerdo esas tardes
en días de grises inviernos,
con mi madre salíamos
y recorríamos las veredas.
Era un disfrutar y respirar
cuando se avecinaba la lluvia,
los árboles siguiendo el viento
danzaban de tanta alegría.
Los niños preparaban sus botas
esperaban felices el aguacero
que iría a regar tantos árboles
y las lindas plantas del barrio.
Hoy todo tristemente cambió
es por el cambio climático,
se pide a Dios por un poco de lluvia
porque la naturaleza se muere.
La sequía invade campos
y no florecen nuestros alimentos,
en el otro hemisferio el agua
se apodera de cuidades enteras.
Los culpables de tanta desolación
somos cada uno de nosotros
debido a nuestra inconciencia,
el planeta se muere inevitablemente.
Nuestros hijos tienen hoy en sus manos
una dificil y ardua tarea
tratar de salvar el planeta
de rescatar valores y volver
a querer a ésta, nuestra tierra.
Sonia Moreno
Chile
en días de grises inviernos,
con mi madre salíamos
y recorríamos las veredas.
Era un disfrutar y respirar
cuando se avecinaba la lluvia,
los árboles siguiendo el viento
danzaban de tanta alegría.
Los niños preparaban sus botas
esperaban felices el aguacero
que iría a regar tantos árboles
y las lindas plantas del barrio.
Hoy todo tristemente cambió
es por el cambio climático,
se pide a Dios por un poco de lluvia
porque la naturaleza se muere.
La sequía invade campos
y no florecen nuestros alimentos,
en el otro hemisferio el agua
se apodera de cuidades enteras.
Los culpables de tanta desolación
somos cada uno de nosotros
debido a nuestra inconciencia,
el planeta se muere inevitablemente.
Nuestros hijos tienen hoy en sus manos
una dificil y ardua tarea
tratar de salvar el planeta
de rescatar valores y volver
a querer a ésta, nuestra tierra.
Sonia Moreno
Chile