Severino Esteve
Miembro Conocido
Volvieron, siempre vuelven,
al patio que las vio nacer un día,
al nido, al cascarón de sus recuerdos,
al plumaje primero en estadía.
Se va llenando el aire con sus vuelos,
la casa de alegrías;
nuestros gatos las miran de reojo
molestos por tan frágil osadía.
Me comparten el aire,
golondrinas,
un espacio que es suyo
como mía
es la dicha de verlas en requiebros
de gozosa y plumada algarabía.
Al África se fueron y ahora vuelven
como cigüeña a su campana fría
sin ellas, y retornan las que llegan
confiadas del viento, y anidan,
sobrevivientes de otro mar,
en mi península;
en mis dos viejos porches
y en el preciso centro de mi vista.
al patio que las vio nacer un día,
al nido, al cascarón de sus recuerdos,
al plumaje primero en estadía.
Se va llenando el aire con sus vuelos,
la casa de alegrías;
nuestros gatos las miran de reojo
molestos por tan frágil osadía.
Me comparten el aire,
golondrinas,
un espacio que es suyo
como mía
es la dicha de verlas en requiebros
de gozosa y plumada algarabía.
Al África se fueron y ahora vuelven
como cigüeña a su campana fría
sin ellas, y retornan las que llegan
confiadas del viento, y anidan,
sobrevivientes de otro mar,
en mi península;
en mis dos viejos porches
y en el preciso centro de mi vista.