No tengo amigos,
ni siquiera hermanos.
Tampoco campos,
para ser hortelano.
Pero sin llorar,
desenmascarar y pelar
esas nobles calaveras,
eso si me gustaría.
Que sean para ellas las penas,
también la felicidad y el trabajo.
Dejádme un ratito el oro,
que sin duda yo les pago.
ni siquiera hermanos.
Tampoco campos,
para ser hortelano.
Pero sin llorar,
desenmascarar y pelar
esas nobles calaveras,
eso si me gustaría.
Que sean para ellas las penas,
también la felicidad y el trabajo.
Dejádme un ratito el oro,
que sin duda yo les pago.
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