Olimpia Era
Miembro Conocido
Hermosa y bella mujer, con tus negras largas trenzas, que te encuentras descuartizando las piezas que a la tribu vinieran a traer.
Duermes en tu tipi, con tus hermanas, esperando que ese guerrero que amas, le venga a tu padre dote ofrecer y, así, os casareis y veréis el amor florecer.
El guerrero viene y le ofrece a tu padre varias pieles y un pony, pero el hechicero le aconseja y el obedece, que no se case su hija con el guerrero.
El hechicero le promete poder y riqueza, si su hija con él desposa.
El padre, hombre vanidoso, quiere cobrar pieza, y a su hija al hechicero entregará.
El hechicero la hace trabajar, la toma, consumando el matrimonio,
queda sellado para siempre con ese demonio.
El solo quiere tener hijos para heredar.
Uno de sus hijos, varón, heredará todo su saber y todo su poder y hace que su esposa le dé vástagos hasta asegurarse que lo que piensa se hará.
Con los años, el hechicero toma más esposas y la ajada ama del tipi, pasa a ser la esclava de sus jóvenes esposas, cose pieles, lava…
Tanto trabajar y después de tener hijos, nuestra india hermosa, ya madura y ajada, se ve sola, enferma, preparando alijos de hierbas,
para el orgulloso hechicero duro.
Hechicero duro que con la muerte del suegro, hace realidad sus mayores anhelos y logró heredar todo lo que él tenía, mientras que
ella, nada parece que se merecía… nada.
Decidido el hechicero, conseguido su objetivo, se llevó lejos de la tribu a su esposa primera y le explica, que mientras viva ella, él estará cativo.
Así que, ha decidido matarla, como raposa.
Una raposa vil, traicionera, que asesina sin piedad a su primera esposa, la que sus hijos pariera.
Allí se queda en el suelo el cuerpo.
Con un golpe certero en la cabeza, diría en la tribu, que la perdió de vista, que andaban por el monte, no sabe con certeza, buscando hierbas para pócimas…
Así se hace y toda la tribu busca, encuentran a la desdichada toda ensangrentada, con la cabeza machacada.
Parece que ha caído por una ladera brusca, y, allí se ha quedado, con un golpe mal dado, que le abrió la cabeza.
La visten para el funeral y por torpeza del hechicero, dice que no se merece funeral con grandeza.
De esta manera queda marchita su belleza, muertas sus ilusiones,
el cuerpo ajado y lleno de lesiones y una historia maldita.
Olimpia Era
España 23/04/14
Reservados Derechos de Autor
Duermes en tu tipi, con tus hermanas, esperando que ese guerrero que amas, le venga a tu padre dote ofrecer y, así, os casareis y veréis el amor florecer.
El guerrero viene y le ofrece a tu padre varias pieles y un pony, pero el hechicero le aconseja y el obedece, que no se case su hija con el guerrero.
El hechicero le promete poder y riqueza, si su hija con él desposa.
El padre, hombre vanidoso, quiere cobrar pieza, y a su hija al hechicero entregará.
El hechicero la hace trabajar, la toma, consumando el matrimonio,
queda sellado para siempre con ese demonio.
El solo quiere tener hijos para heredar.
Uno de sus hijos, varón, heredará todo su saber y todo su poder y hace que su esposa le dé vástagos hasta asegurarse que lo que piensa se hará.
Con los años, el hechicero toma más esposas y la ajada ama del tipi, pasa a ser la esclava de sus jóvenes esposas, cose pieles, lava…
Tanto trabajar y después de tener hijos, nuestra india hermosa, ya madura y ajada, se ve sola, enferma, preparando alijos de hierbas,
para el orgulloso hechicero duro.
Hechicero duro que con la muerte del suegro, hace realidad sus mayores anhelos y logró heredar todo lo que él tenía, mientras que
ella, nada parece que se merecía… nada.
Decidido el hechicero, conseguido su objetivo, se llevó lejos de la tribu a su esposa primera y le explica, que mientras viva ella, él estará cativo.
Así que, ha decidido matarla, como raposa.
Una raposa vil, traicionera, que asesina sin piedad a su primera esposa, la que sus hijos pariera.
Allí se queda en el suelo el cuerpo.
Con un golpe certero en la cabeza, diría en la tribu, que la perdió de vista, que andaban por el monte, no sabe con certeza, buscando hierbas para pócimas…
Así se hace y toda la tribu busca, encuentran a la desdichada toda ensangrentada, con la cabeza machacada.
Parece que ha caído por una ladera brusca, y, allí se ha quedado, con un golpe mal dado, que le abrió la cabeza.
La visten para el funeral y por torpeza del hechicero, dice que no se merece funeral con grandeza.
De esta manera queda marchita su belleza, muertas sus ilusiones,
el cuerpo ajado y lleno de lesiones y una historia maldita.
Olimpia Era
España 23/04/14
Reservados Derechos de Autor
